martes, 30 de diciembre de 2014

Soñé que soñaba (Canción infantil) (de Boer / Kusselman)


Adaptada de un poema del mismo nombre . La grabación fue tomada en una presentación realizada en el 89/90 aproximadamente. La foto es de la misma época.

Los invito a escucharla en:

http://www.goear.com/listen/ee33c51/soaplusmnacopy-que-soaplusmnaba-de-boer-kusselman




Sirva a modo de despedida del 2014 y bienvenida del 2015
Con todo afecto

Miguel Angel de Boer

lunes, 8 de diciembre de 2014

Expediente 34065 Juzgado Federal 1° Instancia – Córdoba


Tal el número de Expediente de la causa penal que se instruyó (el Juez Adolfo Zamboni Ledesma)  contra la Flaqui , Mary, mi compañera y esposa  es decir María Haydée Rabuñal de de Boer,  y a mí , cuando fuimos apresados en los 70´. El mismo me fue enviado por Gloria de Rienzo de la Secretaría de DDHH de Córdoba la semana pasada, y recién este fin de semana pude leerlo en su totalidad, dada la cantidad de fojas que lo componen.

En tanto recorría las mismas, numerosos recuerdos y emociones se agolparon en mi mente y mi corazón, tanto de dolor como de alegría. Dolor por todo lo sufrido por la Flaqui y la compañera que fue apresada junto a su esposo con nosotros.  Con Mary, entonces, nos habíamos contado algo de lo que nos pasó a cada uno. En esos días, tan vertiginosos e intensos, donde durante nuestra encarcelamiento solo importaba salir en libertad, y luego, ya libres, seguir con la militancia, todo se constituía en una vorágine que no nos daba tiempo a nada. Pero seguramente el deseo de generar un dolor evitable, hizo que no nos dijéramos todo, o si fueron dichas no se hubieran registrado con claridad, como me doy cuenta que me pasó al leer ahora el Expediente.

Pero no solo los testimonios y los hechos que se van sucediendo, con sus idas y venidas, que, como le dije a Gloria en un mail donde le agradecí su envío: ¨leí no sin gran curiosidad, incertidumbre, esfuerzo y  emoción….Me encontré con cosas que no recordaba, con otras que no sabía, las cuales hicieron que en mi oscilara la conmoción, la risa, el dolor, la pena, la nostalgia y el sabor de aquellos días, irrepetibles por su intensidad y plenitud, sin duda incomparables¨, sino ver nuestras fotos de entonces, me impactaron profundamente por la verosimilitud  que de lo ocurrido da cuenta  el observar nuestros rostros. 

No porque antes no haya tenido antes evidencias concretas de lo vivido, las cuales compartí en otro relatos, sino porque en estas fotos,  que nunca había visto hasta ahora, percibo,  en un instante,  la conjugación no solo de lo que las mismas expresan en el momento que fueron tomadas  - en el Cabildo, luego de haber “pasado” por el  Departamento de Informaciones del pasaje Santa Catalina –   esto es el agobio de lo que habíamos sobrellevado sino también la traumática incertidumbre de lo que podría acontecernos de ahí en más. Aunque lejos estábamos de suponer lo que vendría.

 Tal vez porque yo sé lo que viví, me detengo con preferencia en la foto de ella y abruma un profundo dolor al contemplarla.
Con su mirada perpleja, que transmite el horror vivido, la humillación padecida, junto al miedo, a la bronca y la entereza frente a lo que pudiera  aún ocurrir.  Con ese “desembellecimiento” al que no nos exponían al sacarnos la foto  en esas condiciones : maltrechos,  sucios,  hambrientos, agotados, desamparados.  
Pero también siento que nuestras imágenes se  embellecen a la distancia, increíble que hayan pasado tanto años Flaquita,  y yo recién viendo ahora nuestras fotos en el expediente, leyendo tu testimonio, lo que pasó, lo que te pasó, lo que nos pasó, y vos tan valiente, porque se te ve asustada, triste, pero tan altiva a la vez, porque resistimos, porque no te doblegaron, porque me protegiste, a mí y a los compañeros, y yo ya con 64(si como la canción de los Beatles, te acordás), como no te voy a ver bella, como no voy a emocionarme y sentirte presente, estremeciéndome como me estremecía cuando te tenía entre mis brazos, cuando cantábamos juntos, cuando bailábamos, cuando para nosotros la vida y la revolución eran todo uno, más sabiendo ahora todo lo que pasó, incluida su muerte.

Con tiempo veré de publicar algunos pasajes de este, para mí, documento histórico y personal.  Pero no quería dejar pasar este momento para compartirles algo tan conmovedor, como lo he hecho en otras oportunidades, pronto a cumplirse (el día 10) un nuevo aniversario del Día de los Derechos Humanos.









Miguel Angel de Boer
Comodoro Rivadavia , Diciembre 8, 2014.


domingo, 23 de noviembre de 2014

Yo la acuso, señora (*)



                A usted ponzoña maligna
                que intoxica cuerpos y almas
                A usted que es incansable
                y no cede en sus intentos

                Yo la acuso, señora
                A usted que goza con dicha
                de fracasos e infortunios
                A usted que sufre impotente
                la alegría y lo placentero

                Yo la acuso, señora

                A usted que nutre sus fuerzas
                con crueles resentimientos
                A usted que exalta lo vano
                y la apabulla el talento

                Yo la acuso, señora

                A usted que la indispone
                el amor y la amistad
                A ustede que siempre “vé”
                el más allá del más acá

                Yo la acuso, señora

                A usted que siempre logra
                captar ingenuos adeptos
                A usted que siembra amargura
                en corazones muy tiernos

                Yo la acuso, señora

                A usted que no escatima
                deshacer vidas y esfuerzos
                A usted que solo reina
                intrigando y dividiendo

                Yo la acuso, señora

                A usted que usa de idioma
                los rumores y el engaño
                A usted que usa la injuria
                porque le asquea lo cierto

                Yo la acuso, señora

                A usted que tiene por norma
                destruir lo que es ajeno
                A usted que encubre afanosa
                sus propios impedimentos

               A usted que es pura perfidia
               Yo la acuso, señora

                Disculpe ignoro su nombre
                Pero sé que le dicen ENVIDIA
               

    Miguel Angel de Boer

   (*) Poema que data de los 80´. Lo leía en las presentaciones musicales de
         "ALTER-NATIVA" que hacíamos con Pablo Kusselman.




miércoles, 4 de junio de 2014

La foto de Mary (*)


Esta es posiblemente la más difundida y tal vez la más hermosa  foto de María Haydée Rabuñal, Mary, la Flaquita. Se la saqué yo en el Parque Sarmiento, en Córdoba, creo que en el año 1969 cuando  todavía estábamos de novios  ya que nos casamos en Febrero del  70.
                Tal vez porque es en blanco y negro – con la ausencia y presencia de todos los colores – y en ese lugar increíblemente bello, es que se pueden captar tanto los matices como la luminosidad del sol resplandeciendo en el verde de las hojas  y en la sonrisa – inolvidable – de Mary, plena de alegría y - porque no decirlo - de amor y felicidad.
                Con su pícara y seductora mirada orientada al infinito del cielo, con las manos en los bolsillos de atrás del vaquero, en una pose típica de ella cuando sentía que el mundo le pertenecía, la foto expresa no solo el momento que vivíamos personalmente, sino la situación en las que nos tocaba vivir un amor tan singular y apasionado.
                Nos conocíamos desde no hacía mucho en la facultad de Medicina  donde ambos estudiábamos  al calor de la lucha del movimiento estudiantil o mejor dicho obrero-estudiantil de aquel entonces. En el trajinar de las reuniones, los actos relámpago en las calles, las asambleas  en la explanada del comedor universitario, con el olor a humo y libertad que nos impregnó por siempre en el Cordobazo, las tomas del barrio Clínicas, las asambleas en el comedor universitario,  las comisiones de los prácticos en los hospitales, el cine Sombras, la Piojera,  los recitales de Radio Universidad, los grupos de estudio de formación, las idas a los amoblados, las lasagnas de Romagnolo, las pizzas de La Salta, las busecas del Claudia, las idas a las puertas de las fábricas, los besos eternos en la Plaza Colón, los paseos por la Cañada, los mates en las pensiones, los Beatles y Serrat, las guitarreadas, los poemas, el trabajo en los dispensarios, el dolor por nuestros pacientes, los llantos por las muertes de la represión, la esperanza que nos había dejado encendida el Che, el regocijo de saber que la historia se podía cambiar con nuestros guardapolvos y con la militancia revolucionaria.
                Ingenuos y apasionados, nuestros corazones latían al unísono y nuestros cuerpos esbeltos y jóvenes vibraban al son de un erotismo que se alimentaba de nuestras caricias, pero también de nuestros sueños, y cada expresión de amor  era también de júbilo por el orgullo de habernos encontrado y estar juntos en ese momento, en ese lugar, en esa historia. Cada instante era un descubrimiento, cada vivencia un aprendizaje, la vida parecía limitada e infinita a la vez,  porque  los  días se alargaban a nuestro antojo y al aire que insuflaba nuestros pulmones expandía nuestras mentes hasta fundirse con el universo.
                Después vinieron otras alegrías y otras tristezas, momentos de esplendor y de tinieblas, penas que todavía penan, regocijos que siempre perduraran.
                Pero esta foto, ya medio ajada por el paso del tiempo, plasma no sólo nuestro ardoroso romance sino que es testimonio y memoria de quienes como Mary, la querida Flaqui, se brindaron por entero - no sólo de palabra - por ideas, convicciones y compromiso, a la única gran tarea que para nosotros justificaba y aún justifica la existencia humana: hacer todo por el semejante sin perder nunca la ternura, que es el único modo digno de hacernos a nosotros mismos.

Miguel Angel de Boer
Comodoro Rivadavia, Septiembre 2013


(*) Había pensado publicarla el 6 de Octubre para el día de su cumpleaños, pero no se dio.

jueves, 17 de abril de 2014

El coronel, el gallo y nosotros, los argentinos


En la novela “El Coronel no tiene quien le escriba”, Gabriel García Márquez nos transmite, con su genial maestría, las vivencias de un viejo coronel que lucha por sobrevivir -junto a su mujer- en un apartado pueblo de Colombia. En el curso del relato van aflorando sus recuerdos de glorias pasadas, a la vez, cobra fuerza la relación que el coronel tiene con un bello gallo de riña, el cual no es sino la representación de lo que alguna vez se figuró ser. Con una perseverancia que orilla lo obsesivo, el anciano militar brinda las energías que le restan, al servicio del cuidado del gallo. Lo alimenta, lo protege, lo mima, lo adora. El gallo es todo lo que le queda. Es todo lo que le queda de sí. Es el orgullo, la valentía, la nobleza, la armonía, el equilibrio, la naturaleza incontaminada, la pureza. En contraste el coronel está viejo, enfermo, con el agobio de los años encima, sin otra perspectiva que la muerte como meta, con la impotencia de sentir la irreversibilidad de lo pasado, inepto para poder transformar la realidad, con la amargura de quien tiene que tolerar impasiblemente el curso de los acontecimientos.
El contraste es aún mayor en la medida en que la esposa reclama quejosa, insidiosamente, que el coronel debiera ocuparse más por ellos y menos por el gallo; puesto que “día a día” se van muriendo de hambre.
Con una cadencia casi musical, García Márquez despliega la eterna lucha entre naturaleza y cultura; la injusta contradicción que se produce entre el logro de la satisfacción de las necesidades más elementales y el desarrollo del ser humano a otros niveles. La historia -en fin- del hombre en su esencia, en una sociedad que le va estrechando ilimitadamente las posibilidades de poder
seguir siendo él mismo.
Al final del libro, cuando ya todo se ha transformado en una infinita letanía, en un momento en que el coronel está, como de costumbre, con su gallo; es decir, aferrado a su paraíso perdido, la esposa, encarnación sensata de la realidad material, se dirige a él preguntándole, desfalleciente, qué es lo que van a comer; pregunta que el coronel ha eludido hasta el cansancio, puesto que no tiene respuesta alguna que brindarle. Es entonces que el libro cierra (¿cierra?) cuando el coronel contesta definitiva, resignada, casi insolentemente, al interrogante implacable, con una simple palabra: “mierda”.
La Argentina -los argentinos- como el coronel, buscan desesperadamente aferrarse a señales, a recuerdos, a indicios que sirvan para cohesionar una identidad que sienten amenazada por el cambio de una realidad económica desintegradora. Libran un combate por obtener lo indispensable para vivir, que posterga, quebranta la realización de sus más auténticos proyectos psíquicos, espirituales, afectivos. Como en el medio de una tormenta que no cede, aguardan el momento del escampe, del sosiego, del fin de este diluvio económico, cruento e impiadoso, para poder -en la quietud de la paz- reanimar sus sueños; ésos que le dan a la vida la razón de la existencia.
Batalla (¿o guerra?) despiadada, donde algunos están dispuestos a comer mierda con tal de que no muera el gallo, para que otros no tengan que comer mierda, porque ya se les está muriendo el gallo, por culpa de aquellos que no tienen empacho en liquidar al gallo, aunque la gran mayoría se vea obligada a comer mierda.

Comodoro Rivadavia, Julio de 1989.
Miguel Ángel de Boer


Publicado en “Desarraigo y Depresión en Comodoro Rivadavia ( y otros textos ) - 3ª Edición Vela al Viento ediciones Patagónicas - 2011 (agotada)

domingo, 30 de marzo de 2014

Entrevista sobre violencia realizada por Diario El Patagónico (Comodoro Rivadavia)

En el último lustro hubo 154 homicidios en Comodoro Rivadavia. Con un promedio de 30 homicidios por año. Duplicando y hasta triplicando la media nacional de homicidios.
Durante el 2013 la mayoría ha sido en ajuste de cuentas, entre personas o grupos con diferencias.
También hubo homicidios en ocasión de robo en los que los asesinos salieron impunes. Las marchas de justicia colmaron la ciudad. Y el asesinato de la niña Yasmin Chacoma con violación y estrangulamiento, fue el resumen de la violencia inusitada que vive la ciudad en estos tiempos.

Como analiza la situación desde el campo de sus conocimientos?
Cabe aclarar que la violencia destructiva,  es decir la agresividad cuyo objetivo es el daño, que es la que nos ocupa,  no es un problema en sí mismo (1),  dado que es la expresión de un sinnúmero de factores que intervienen en su génesis, sostén y desarrollo: biológicos, psicológicos, socioculturales.  Tendencias impulsivas, conflictos intra e interpersonales; modelos de conducta; falta de contención familiar y/o social; la incertidumbre existencial y vertiginosidad de los cambios que acentúan  la ansiedad y los ataques de pánico, la depresión, el estrés , las adicciones; el empobrecimiento ético y moral (la corrupción y el soborno son prácticas aceptadas y naturalizadas en nuestra sociedad); el deterioro y la deshumanización que conlleva la desigualdad y la exclusión o el consumismo como alternativa predominante de inclusión, son algunos  elementos que intervienen en este complejo problema que  denominamos  violencia.
En el campo de la salud mental,  nos encontramos – al decir de un colega  – en “la última línea de fuego”, esto es afrontando mucho más las consecuencias que las posibilidades de actuar preventivamente, lo que habla de la escasa importancia que se le brinda al problema de la violencia, más allá de  lo que se diga al respecto. Existe una gran disparidad entre los conocimientos de que se disponen  y los recursos que efectivamente se implementan. Precisamente esto es  lo que constituye y condensa la mayor de las violencias desde el punto de vista institucional, social, político: se sabe pero no se hace, se llega tarde, luego de que ocurrieron los hechos, en una reiterativa y agobiante sensación de “película ya vista”, con todos los efectos que esto conlleva y que contribuye a la potenciación de otras violencias. O para decirlo en otros términos: se tiene, como los bomberos, ideas sobre cómo  impedir un incendio, pero habitualmente se interviene solo para apagarlo y por lo general  no hay agua, y si hay no alcanza.

A qué se debe tanta violencia en un lapso tan corto de tiempo y en una ciudad con relativamente poca población? 154 homicidios en tan solo 5 años.
La violencia no es nueva pero se ha acentuado en los últimos años, tanto en cantidad de hechos (no solo de delincuencia, sino en la vida cotidiana) como en las nuevas modos en que se manifiesta. De la cantidad dan cuenta las estadísticas, siendo que no se conocen todos los hechos que realmente ocurren (por falta de denuncias entre otros factores). En cuanto a las formas  cabe destacar la magnitud, la crueldad y el desprecio por la vida que se manifiesta cada vez con mayor frecuencia y que no guardan relación con los hechos en sí, donde hay un evidente desprecio por la vida, constituyéndose la  muerte (homicidios, asesinatos) en un acto, en un matar por matar sin una motivación clara ni un fin determinado, sino su mera ejecución impulsiva, pulsional.
Los cambios que se produjeron a partir del crecimiento económico  y poblacional basados en la explotación petrolera , cuestión fundamental en nuestra ciudad y región, por su carácter extractivo, la desmesurada ganancia que obtienen  las operadoras, la destrucción ambiental  (y de la salud, no las enfermedades laborales, sino que tenemos una de las tasas mal altas de cáncer atribuido entre otras cosas a la contaminación por deshechos y productos químicos de las capas freáticas) , las condiciones alienantes de los trabajadores y su incidencia en la fragmentación familiar, las desigualdades salariales en comparación con otros sectores de la población, el incremento de la prostitución y  numerosas otras consecuencias que han producido un verdadero trastocamiento  (y que han sido objeto de distintos textos de mi autoría) (2), ha puesto a la ciudad y la región en una situación disruptiva por no decir traumática, que conlleva  una adaptación forzada por la celeridad con que se ha producido y se sigue produciendo, tanto para quienes vivían con anterioridad como para quienes han venido atraídos por las posibilidades de trabajo.  Esto es que: en un mundo  globalizado, a Comodoro le llegó la globalización, exacerbando aún más sus contradicciones.
Globalización que  se caracteriza  por un mercado (3) que actúa como regulador predominante de  todas las actividades humanas, con  valores que desestiman el bien común en pos del lucro; la hipervaloración del éxito -entendiendo a éste como la capacidad de consumir y de ofrecerse para el consumo - sin importar los medios para alcanzarlo en desmedro  del trabajo y la educación; el individualismo y el sentimiento de pérdida de pertenencia a una comunidad , el desarraigo y la vulnerabilidad identitaria que se produce ante una reconfiguración que se vive como de una transitoriedad sin límite y sin control (de ahí las manifestaciones xenofóbicas ante el colapso de viviendas y servicios, por ej.); la fragmentación de la red social en compartimentos estancos tanto a nivel individual como colectivo, donde no hay acciones participativas hasta que no son afectados los intereses propios (la asistencia a las marchas por distintos reclamos va aumentando en la medida que va aumentando el número de víctimas, pero aun así no se integran en un colectivo de peso)
Precisamente en Comodoro ya son cada vez menos los que no han sido víctimas directas o que ya no se sienten amenazados por la violencia, por lo que se torna cada vez más insostenible  para la gran mayoría de la población la negación de su existencia. Asimismo se ven cuestionados  paradigmas como los de  vigilancia y seguridad  que han predominado hasta ahora por sobre los de la prevención (con cámaras que registran, en el mejor de los casos, los hechos delictivos una vez ocurridos), como así también  la idea de que las soluciones  podían ser individuales o privativo de algunos sectores (la de aquellos que tienen la posibilidad adquisitiva para “armar” sus viviendas como fortalezas)  y no  de acciones colectivas, comunitarias, sociales y políticas, que son las que darán cuenta de una mayor efectividad en el tiempo.
Cuáles son esos factores psicológicos y sociales que influyen en el individuo para resolver conflictos a fuerza de bala, cuchillo o golpes en cualquier lugar y hora?
Si en el mundo todo resuelve  a través del uso de armas (tanto su venta legal como ilegal constituye uno de los negocios que más redituables del planeta) y siguen proliferando las de destrucción masiva. Si la “máxima potencia” mundial pudo invadir y destruir  un país y una región en base a una mentira (y en estos días estamos presenciando la inminencia de una guerra en Ucrania). Si constantemente los medios trasmiten escenas donde los actos violentos se presentan con absoluta naturalidad (en horas de la tarde se pueden ver películas donde los asesinatos, las violaciones, pueden ser vistos “en el horario de protección al menor”, ante la indiferencia de quienes debieran regular estas emisiones). Si  las barras bravas en el deporte y los grupos antagónicos en los gremios y sindicatos dirimen sus problemas a los tiros. Si, además, no solo hay desinterés (en Comodoro aún permanecen impunes numerosos delitos gravísimos, como las desapariciones ocurridas “en democracia”) sino la más absoluta indiferencia (otro modo de negación) ante lo que ocurre. Si la justicia está pauperizada en su función de autoridad moral, y sospechada e identificada como una institución atravesada por la ineficacia -como las fallas en los procedimientos que hacen posible la pérdidas de pruebas- y/o la corrupción. Si el enriquecimiento de los funcionarios no solo ocurre sino que se ostenta abiertamente (4),  con absoluta impunidad. Si, mencionando otros tipos de violencias, hay “ayudas” (salvatajes de todo tipo) para bancos y empresas en situaciones de crisis, pero no para hospitales y escuelas. Esto es: si las violencias reales (5) y simbólicas se manifiestan constantemente - en desmedro  de un modelo de resolución de conflictos que priorice el diálogo, la negociación, la mediación pacífica -, no solo que actúan regulando las relaciones, sino que se constituyen e interiorizan como un recurso de inclusión, reconocimiento y pertenencia, es decir, un modo de sobrevivencia del ser (6).
Por más que se niegue, la violencia, la imposición por la fuerza, el poder,  son ampliamente valorados  en una cultura que promueve la satisfacción inmediata  e ilimitada de deseos y pulsiones en contraposición a aquello en realidad la hace posible: la postergación de los mismos en pos de la convivencia, basada en respeto a las normas y a la ley. Más aún. Las soluciones que se proponen para resolverla son mayormente violentas: pena de muerte, fusilamiento, castración, etc., así como se considera a algunos de los hechos como soluciones adecuadas  a la violencia misma (“está bien que se maten entre ellos”,  en referencia a un ajustes de cuentas, por ej.).
En cuanto a los factores psicológicos y emocionales, tanto predisponentes  como desencadenantes, serían  largo de enumerar (personalidades impulsivas, psicopáticas, entornos abusivos, etc.), y si bien muchos síntomas y características psicológicas pueden ser predictores de futuras conductas violentas ( tales como que haya  una baja de tolerancia a la frustración, un mal manejo de la agresividad, el uso de sustancias, entre otras), constituye un error  flagrante  hacer una correlación directa y causal entre alteraciones o trastornos mentales o psicológicos y conductas violentas, pues  no solo es discriminatorio y estigmatizante, sino que encubre lo que la gran mayoría teme asumir y es que cualquier sujeto “normal” puede tener conductas violentas, lo cual expone a un mayor riesgo, al temor y a la amenaza que “patologizándola” . “Tranquiliza” pensar que quienes cometen hechos aberrantes son “monstruos”,  “bestias”, “lacras” y no personas,  y que su “supresión” resolverá el problema (una suerte de continuidad de la “Teoría de los dos demonios” en tiempos democráticos), más allá de que, por supuesto,  sin justicia y castigo efectivo, la delincuencia se puede ver  estimulada (7). No son los las “alteraciones” las que generan violencia, sino que es una sociedad atravesada por la violencia la que enferma mentalmente a sus integrantes y la altera.
De qué manera se proyecta esa violencia social e inseguridad latente en la vida cotidiana del ciudadano?
Algo he mencionado en las respuestas anteriores, pero cabe agregar que el efecto más negativo es su naturalización, pues de ese modo se perpetúa. Si bien su gran complejidad, es  fundamental entender que es un proceso social, humano y que todo reduccionismo que pretenda “erradicarla”  es inviable como solución, lo cual conduce a un mayor descreimiento e impotencia, al miedo persecutorio, fuente de mayores violencias.
Los cambios que estamos viviendo han llegado para quedarse, tanto en sus aspectos positivos como negativos y solo aceptándolos se podremos afrontarlos apropiadamente. Entender que lo que está pasando nos pasa a todos. Que lo que ocurre muestra lo que somos, lo que hacemos, lo que pretendemos.  Los planteos bipolares, la búsqueda de chivos expiatorios, el odio o la indiferencia solo conducirán a empeorar la situación. Tarde o temprano habrá que optar entre el egoísmo o la solidaridad, la discriminación o la integración, la responsabilidad o la indolencia. Tarde o temprano habrá que optar entre convivir o conmorir.

Miguel Angel de Boer
Marzo 2014

(1) Entre ellos “Apuntes sobre lo que acontece en Comodoro Rivadavia”, del cual en Febrero del 2010 publicó un adelanto Diario El Patagónico.
(2) No se trata de una sustancia, de un objeto sino de una manifestación, pues esta concepción de la violencia en realidad la banaliza planteando soluciones inconducentes (parecidas a la “lucha contra la droga”), pues por lo general propone soluciones violentas (“más armas”, “más policías”, etc.) dejando de lado lo verdaderamente sustancial que son las condiciones que la desencadenan. Error que conduce equiparar violencia con delito y crimen (los “comunes”, claro), dejando de lado otras violencias propias del sistema, que son su sustrato. Se suele  criminalizar la pobreza siendo que  la existencia de la pobreza (no por falta de alimentos y riqueza, sino de su mala distribución)  es uno de los mayores crímenes sociales, y los pobres sus inexorables víctimas
(3) Mercado que, ya que hablamos de violencia, fue impuesto  brutalmente en nuestros países merced a las dictaduras genocidas, dando lugar a que, ya en democracia,  pudieran implementarse las políticas neoliberales más extremas como por ej  la privatización de YPF – algo que no se realizó en ningún otro país con empresas estatales similares - que no solo desmanteló a la empresa sino a todos un sistema productivo, social y cultural en nuestra región. Es decir: la violencia por antonomasia,  la que es ejercida desde el poder estatal.  Mercado que, vale destacarlo,  tras una fachada de supuesta desideologización, consiste en imponer un discurso único y hegemónico, que impida todo cuestionamiento, crítica o alternativa a su existencia y en consecuencia  la resignación y el sometimiento. 
(4) Sería interesante que así como se realizan investigaciones sobre la cantidad y tasa de homicidios, se realizaran también otras que permitan informarnos de cuáles son las tasas de actos de corrupción, del enriquecimiento ilícito, de subsidios y prebendas a funcionarios y empresarios, lo cual nos dará un panorama más amplio y una mejor orientación para entender muchas de los hechos que ocurren en y con la vida del ciudadano común, como por ej. saber si tienen alguna incidencia o interrelación con otros delitos como la prostitución, la trata, el narcotráfico, las barras, entre otros. 
(5) Realidad que no es la única verdad, sino que esta mediada por las percepciones, interpretaciones, ideas  y creencias que se tienen de ella, constituyéndose  así su “materialidad”, y que actúan, la más de las veces,  inconscientemente.
(6Pertenecer a  una banda delictiva, ser un delincuente o un asesino,  es preferible a no ser nada, por cuanto apuntala una  afirmación de la mismidad frente a  una exclusión existencial que es mucho más amenazante (subjetivamente) dado que se vive como irreductible.
(7) Como en el  caso de Pablo Barreto que fue detenido  y liberado dos veces por delitos cometidos en un corto lapso de tiempo, luego de ser absuelto en segunda instancia  por el homicidio de José Luis García en Enero del 2012.


http://www.elpatagonico.net/nota/235305-de-boer-el-efecto-mas-negativo-de-la-violencia-es-su-naturalizacion/

lunes, 24 de marzo de 2014

2 el 22



Dos tremendas e inolvidables experiencias fueron las que vivencié el 22 de Octubre del 2013 en la ciudad de Córdoba, Argentina. Una: la asistencia a la audiencia 90 del juicio por delitos de lesa humanidad en la Megacausa La Perla, la otra: mi tercera visita a la D2 (Departamento de Informaciones) donde me esperaban para entregarme documentación que habían encontrado.

I – La Audiencia
Llegué a eso de las 9.30 y en el hall de entrada se encontraban los familiares de Vaca Narvaja  y algunos otros más con quienes me presenté y saludé con mucha emoción, en particular con uno de ellos que es un colega psiquiatra quien me comentó, entre otras cosas,  que ya no ejercía más porque se había jubilado. La fila iba creciendo de a poco al mismo tiempo que mi inquietud por encontrar alguna cara conocida, junto a la emoción de lo que iba ser mi primera vez en asistir a un juicio de estas características.
La entrada a la sala se iba demorando por lo que la ansiedad y tensión por entrar se percibía en los rostros, en algunas risas que me resultaban familiares o en la distracción – y tal vez necesidad en algunos – que implicaba servirse de la mesa que ofrecía una merienda, ubicada en una de las esquinas.
En tanto me trataba de imaginar cómo sería estar a metros de los genocidas, recordando más con sensaciones que con imágenes muchas de las cosas que había vivido en aquellas épocas. Pero mucho más predominaba mi interés en observar y tal vez tratar de sentir empáticamente lo que le acontecía a los demás, escrutando rostros y gestos, tal vez para sentirme más acompañado.
En un momento nos hicieron pasar y el silencio fue imponiéndose a medida que entrábamos y nos íbamos ubicando en las butacas. Mientras lo hacía, me resultaba increíble ver - en la primera mirada que le di al sector donde estaban los acusados,  detrás de una divisoria de vidrio -  nada menos que Menéndez, al “Nabo” Barreiro, Diedrichs y a Vergés, entre otros. También a una mujer que en ese momento no supe identificar por su nombre y que después recordé que era Antón.  Habían muchos más a los que trataba de ir reconociendo, en tanto mi mente hacia lo posible para asimilarlo a la vez que mantener el registro de lo que se constituía en uno de los acontecimiento inéditos de mi vida, cual era “ver por mis propios ojos” a uno de los grupos de seres humanos, seres humanos si,  de los más crueles, sanguinarios y terroríficos de la historia.
La sola descripción de todo lo que pude escrutar en ellos me demandaría hojas enteras. Si bien estaba ubicado a un costado la escena que se presentaba parecía onírica. Se los veía con una tranquilidad asombrosa. Como cumpliendo un trámite intrascendente. Algunos conversaban entre ellos. Otros leían. Los más estaban callados semidormidos. Incluso alguno de ellos se durmió en el curso de la mañana. Vergés como de costumbre haciéndose notar, parándose, caminando, hablando en voz alta al punto que un miembro del jurado hubo de llamarle la atención. El “Nabo” Barreiro saludando con los dedos en V y luego inspeccionando notas y, aparentemente, intercambiando ideas con el que tenía a su lado. Parecían un grupo de PAMI  de vacaciones al cual le había tocado ir a un teatro en el recorrido del día. Estarlos viendo y asociarlos con lo que motivaba nuestra presencia allí, cual es el de ser acusados por crímenes aberrantes, me requería de un esfuerzo que lindaba una sensación despersonalizante, enrarecida.
Mucho más cuando comenzó el testimonio de Mario Ferrero en relación al secuestro de su hermano José, de cómo se enteró, el peregrinaje por las morgues (con la tremenda  descripción de sinnúmero de cuerpos apilados, mutilados), el dolor y desintegración de la familia, la lectura de un poema de Juan Chabrol (desaparecido junto a su hermano) que escribió siendo adolescente y sus palabras finales dirigiéndose a los genocidas : “Voy a mirar a las personas sentadas en el banquillo de los acusados –manifestó al terminar su declaración-, para pedirles que si les queda un resto de humanidad digan dónde están los restos de los familiares y digan dónde están los nietos. Las abuelas tienen poco tiempo ya y necesitan encontrar sus nietos”. Todo ante la mirada y el silencio indiferente de los acusados en contraste con la emoción, la angustia y el dolor de familiares y compañeros de las víctimas, que nos mirábamos unos, se tomaban de las manos otros, palpitaban nuestros corazones al unísono para sostenernos ante tamaña afrenta a la dignidad humana. También algunos de los acusados se retiraron del recinto, regresando algunos y otros no, haciendo uso de un derecho que les corresponde. Uno de los que se fue al comenzar y que no regresó fue Menéndez.
Luego escuché el testimonio de Gonzalo Vaca Narvaja  que relató cómo siendo un adolescente presenció el secuestro de su padre, el abogado Miguel Hugo Vaca Narvaja, y la brutalidad conque actuó la patota en la casa de Villa Warcalde donde vivían. Luego la odisea de la familia para poder exiliarse, el asesinato de su hermano Miguel cuando estaba prisionero en la cárcel de Barrio San Martin (lugar donde también estuve preso) en un simulacro de fuga, el enterarse muchos años después que al padre le había cortado (sic) la cabeza la cual fue encontrada en una bolsa por los hermanos Albrieu, en fin, el horror en toda su plenitud.
Yo escuchaba y miraba a los acusados a la vez que recorría mi mirada por la sala para compartir el momento, indescriptible por el contraste, con los que estábamos presentes. La crueldad por un lado, el dolor por el otro. Toda la historia se agolpaba en mi mente, pues entre los acusados seguramente estaban algunos de mis victimarios, pero lamentablemente no recuerdo sus nombres luego de tanto tiempo y aún no he podido acceder a los expedientes.
Imposible trasponer en palabras las imágenes, recuerdos, pensamientos, sensaciones que se agolpaban pero aún recuerdo las palabras de Vaca Narvaja cuando mencionó que no tenía una palabra para “en que categoría poner a estos tipos.



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II- La visita a la ex D2
Por la tarde del mismo día fui con mi hijo al Archivo Provincial de la Memoria (ex CCD2), lugar siniestro si los hubo, porque justo antes de viajar a Córdoba recibí un llamado de Gonzalo Parodi para comunicarme que habían encontrado nueva documentación en relación a nuestra detención (con Mary, que después fue trasladada a la cárcel del Buen Pastor, y dos compañeros más que recobraron la libertar inmediatamente) en ese lugar.
Cuando llegamos - yo era la tercera vez que lo hacía, de la vez anterior di cuenta en http://lasbabasdelangel.blogspot.com.ar/2012/06/visita-la-ex-d2 - me sentí muy distinto a las otras veces. Con más calma, sin percepciones persecutorias y, algo que jamás pensé que iba a superar, sin miedo. Luego de tantos años de terror, de pesadillas, entraba a “ese lugar” del Pasaje Santa Catalina sin el menor atisbo de miedo. Maravillas de la vida y de lo que puede la reparación aunque cueste.
Nos recibió Gonzalo con su habitual calidez y respeto y pasamos a una de las dependencias donde empezó a mostrarnos la documentación que habían podido recabar desde la última vez que estuve allí. Yo esperaba que tuviera copias de mi prontuario y/o de los expedientes judiciales con mi causa, cosa que me dijo no fue posible. Pero a cambio, me mostró y entregó copia de las constancias de las órdenes de captura que habían librado para la Flaqui (*) y para mí, una de las cuales caducó recién el año 1982, cosa de la que no tenía la menor noticia hasta ahora. La impresión que tuvimos nos dejó sin palabras. Yo hice una recopilación de todo lo vivido hasta ese entonces si saber que estaba siendo buscado y un escalofrío me recorrió el cuerpo. Ya en alguna oportunidad escribí y publiqué “Breve relato de mis visicitudes como terapeuta durante la dictadura militar” (que se puede leer en http://www.lafogata.org/madres/breve.htm,  pero que estoy corrigiendo y ampliando), y quien lo lea se dará cuenta de lo que estoy transmitiendo. Ahora, nuevamente me enteraba, a décadas de mi detención, que sigo vivo por circunstancias que nunca terminaré de entender, donde mi lucidez, experiencia, la solidaridad de tantos no fueron ajenas, pero el azar, la contingencia, tampoco. También habían copias de documentos, como la libreta del secundario de Mary, que era increíble estarlos viendo. Tomé las copias, conmovido y con gratitud hacia el Archivo y tomamos aire, en silencio, tratando de asimilar tantas emociones juntas.
Luego recorrí con mi hijo, papeles en mano, los lugares donde me habían tenido, donde le iba explicando lo acontecido.
Cuando salimos, tuve la plena sensación, la incomparable vivencia, de que ya no estaba más en manos de mis victimarios, recobrando ahora sí, mi añorada libertad.


Miguel Angel de Boer
Comodoro Rivadavia, Marzo 24, 2014. A 38 años del golpe.

(*) http://lasbabasdelangel.blogspot.com.ar/2011/08/la-flaquita.html






jueves, 20 de marzo de 2014

Si todo hubiera salido bien



Si todo hubiera salido bien
tal vez el sol sería más brillante
o no habría ningún niño llorando de hambre

Si todo hubiera salido bien
no existirían muros con nombres que duelen como suele doler el dolor no dolido
ni el 24 ni el 12 ni el 6 ni ningún otro día nos retorcerían las vísceras de pena

Si todo hubiera salido bien
no  sé si el mundo sería tan justo y bello como lo soñamos miles de veces
con hospitales vacíos de tanta salud y escuelas llenas de alumnos y maestras felices

Si todo hubiera salido bien
no nos estarían explicando lo que pasó y en vez de andar rodando por este mundo tan afantasmado y delirante que a veces parece mentira

Si todo hubiera salido bien

No sé qué sería de nosotros hoy

Pero vos estarías
ellos estarían
yo estaría
                (y estoy)

Con el alma intacta

Viviendo la vida como hay que vivirla
como siempre la vivimos
viviéndola
viviéndo
la

Miguel Angel de Boer

Buenos Aires. Octubre 21. 2012

A 38 años, el 24 de Marzo, del golpe y la instauración de la dictadura genocida en Argentina.

sábado, 8 de marzo de 2014

Evocación (*)


Remoto el amor que alguna vez habitó
las arenas de mi vida
invisible me exhorta
a contemplar fecunda
la desnudez que añoro

Aguarda en mi lecho
mudo
de secretos futuros
las formas embriagadas de su cuerpo
Invernando la luz
Nutriendo un nacimiento
Congregando dulzuras despojadas de tormentos

Rememoro imperecedero
mi ermitaño grito
que no desfallece en su aliento
a la espera del aroma
que aventará mis tristezas
y los cabellos que desperezarán
mi canto desgarrado

Se estremece mi armadura
asediada por el tiempo
Silencioso y crujiente mi anhelo
en el confín de su repliegue
clama por el cuenco añorado
de las lunas entreabiertas de sus  pechos

Abatido el odio
estéril en su intento
exiliado de mi carne sufriente
Se hospeda en mi alma la deuda
que discurre incorruptible
evocando las pupilas de aquellos ojos bellos

Miguel Angel de Boer

(*) Publicado en “Poemas y canciones” Ediciones Ultimo Reino – 2003 - Buenos Aires, Argentina