jueves, 29 de diciembre de 2011

Puede ser

 
Puede ser que nos hayan derrotado


A los que mataron o se murieron
A los que aún estamos vivos
A los sobrevivientes
A los reaparecidos


A los que lloramos
O no
A los que estamos aplastados
O no
A los que enloquecimos
O no
A los que tenemos esperanza
O no
A los que damos testimonio
O no
A los que callamos
O no
A los que seguimos en la lucha
O no
A los que soñamos
O no
A los que aún seguimos amando
O no

Puede ser

Pero de una cosa no hay duda:
¡Los desaparecidos serán invencibles por siempre!

Miguel Angel de Boer
Noviembre 2011

miércoles, 21 de diciembre de 2011

QUE NO SE VAYAN TODOS



Que se vayan únicamente:

los corruptos
los deshonestos
los inmorales
los ladrones
los estafadores
los mafiosos
los incapaces
los incompetentes
los irresponsables
los vagos
los oportunistas
los especuladores
los acomodados
los ventajeros
los tramposos
los mentirosos
los soberbios
los perversos
los omnipotentes
los autoritarios
los necios
los falsos
los hipócritas
los cínicos
los inescrupulosos
los sinvergüenzas
los codiciosos
los abusadores
los explotadores
los voraces
los indolentes
los desalmados
los dañinos
los destructores
los represores
los pusilánimes
los cobardes
los serviles
los traidores
los egoístas
los injustos
los impunes
los insolentes
los desconsiderados
los irrespetuosos
los incultos
los estúpidos
los avivados
los fanáticos
los racistas
los violentos

Que se vayan

a la cárcel
al destierro
al cadalso
al infierno
a la misma mierda
o a la puta madre que los parió

pero que se vayan
(y sino hay que irlos)

Los demás
        que se queden.


Miguel Angel de Boer
Comodoro Rivadavia, Abril, 2002

¡Cuarenta años no es nada! (*)

Apenas cuatro décadas. Una pavada, si pensamos el tiempo que pasó desde que el Homo se convirtió en Sapiens, aunque no tanto si tenemos en cuenta el promedio de vida de un ser humano actual.
Esta profunda e interesantísima reflexión filosófica, viene a cuento de que los alumnos de la Promoción 1966 del glorioso Colegio Nacional Perito Moreno, nos vamos a reunir para conmemorar, ni mas ni menos, los 40 años de nuestro egreso.
¡Y parece que fue ayer!
¡Como les pasa el tiempo a los demás! Increíble.
Y uno tan joven. Mejor dicho: y todos tan pendex como entonces. Ellas, ni les cuento. Nosotros, para que mencionarlo. Bueno, algunas canas, alguna pancita, alguna estriíta, alguna artralgia, algo de colesterol, la glucosa un poco elevada, en fin, cosas menores.

Porque nuestro espíritu sigue como entonces.
Porque nuestro compañerismo sigue como entonces.
Porque en un lugar, muy grande, del corazón, todo sigue como entonces.
Pese al tiempo transcurrido.
Pese a las ausencias, que las hay.
Pese a que el mundo ha cambiado, tanto.

Porque fuimos protagonistas y testigos de una época maravillosa en muchos aspectos ( y de penosas circunstancias también, por supuesto). Históricas, sociales, culturales. Baste decir que crecimos con Elvis y con Los Beatles, es decir casi con el nacimiento de la adolescencia moderna, conformando también parte de la vanguardia en materia de conflictos generacionales (siguiendo el modelo del gran adelantado James Dean, que quedó en el camino),haciendo un modesto pero importante aporte a la gran masa de incomprendidos que surgió a mediados de los 50, pero llegó a su máximo esplendor cuando estábamos en el cole en adelante (entonces ignorábamos que estábamos en la “Década de los 60”)

También fuimos, justo es reconocerlo, tremendamente transgresores: fumábamos a escondidas, jugábamos al truco por plata (o por un panchito de la cantina), usábamos flequillo y hasta nos animábamos a regresar a nuestras casas luego de un asalto o un cumple de 15, ¡pasadas las 4 de la mañana! ¡Como para que el mundo no empezara a disgregarse irreversiblemente!

Pasamos de la radio a la tele en blanco y negro, pero tele al fin, y una licuadora o una radio a transistores era el sumun (si, el sumun) de la tecnología de punta. Ni que hablar de un Geloso. O como dijo un amigo: pasamos de la perilla a la tecla (del reloj de cuarzo no había ni noticias, y la palabra digital no existía). Y así nos quedó el cerebro. Hay algunos que todavía están en la transición y siguen golpeando la barra de la computadora como si fuera una Lexington 80. Lo que cuesta vale.

Vivenciamos transformaciones que no tuvieron retroceso: como la Revolución cubana, el asesinato de Kennedy o el viaje del hombre en el espacio (nosotros ya habíamos egresado cuando llegó a la Luna, por lo que somos prelunares) después de que lo hiciera Laika. Con lo que se convirtió en uno de los nombres mas comunes, demás de Lassie, con que se bautizaba a las perras. De los perros ya sabemos: Batuque, Lobo y Capitán estaban a la cabeza. Bueno, Guardián también.

Y hablando de originalidades de los nombres. No me acuerdo de ninguna compañera que se llamara Jessica, Geraldine, Daiana, Celeste, Sol o Chloe por ejemplo. O algún compañero que tuviera de nombre Nahuel, Brian o Jonatan, por decir algo al azar.
Somos de la camada de las Marías, Martas, Rosas, Olgas, Susanas, Mabeles, Margaritas, Anas. De los Carlos, Marios, Ricardos, Oscares, Robertos, Eduardos, Jorges y... Migueles.
Somos de la época del Club del Clan, del rock en “castellano” (¿que???), del twist, el pata pata y de los “lentos”. Aunque también le dábamos a la cumbia hasta el cansancio, no crea.

Sufríamos de amor como el que mas. Porque del sexo (¿qué???????), mejor ni hablar. Aunque pensándolo bien, hablar, hablábamos. Mucho.
Decía: el amor, la pasión, los “metejones”, signaban nuestra existencia. Ora para engrandecerla, ora para arruinarla.
Si bien no existía el concepto de anorexia o bulimia, mas de una perdió el apetito y el peso y mas de uno aún sigue gordo por culpa de algún amor contrariado. Por culpa de ella o de él. O, mejor dicho: por culpa de la “otra” o el “otro”.
Por suerte siempre había alguien presto a consolarnos, lo que evitó mas de un suicidio.

Porque el afecto, el cariño, fue lo primordial en todos esos años. Y en los que vinieron después también.

Porque eso nos brindó el Colegio. Un espacio de encuentro para el crecimiento en común. Es decir, de alegrías y tristezas. De tremendos sinsabores e inolvidables delicias.

Pavada de privilegio tuvimos.

Gracias a muchos profes y por supuesto también a nuestros queridos “viejos”.

Confieso que era feliz yendo al Cole.
Y soy feliz recordándolo.
Y mas aún, porque luego de ocho lustros nuestra memoria y nuestras emociones siguen intactos.
Por lo que seguimos, nomás, siendo unos increíbles, benditos privilegiados.

Chan. Chan.


Dr. Miguel Angel de Boer

Comodoro Rivadavia, Setiembre, 2006


(*) Este 2011: Cuarenta y cinco!


























jueves, 20 de octubre de 2011

Mariano

Otra vez

Otra vez

Otra vez

Tantas

Otra vez



Te recuerdo

Papillón

Te recuerdo

Hilda

Te recuerdo

Cabral

Te recuerdo

Bello

Te recuerdo

Maxi

Te recuerdo

Darío



Y

tantas

Corrientes

Córdobas

Rosarios

Buenos Aires

El país

La patria

Regada

De sangre

Obrera

Estudiantil



De luchadores

Combatientes

Sembrando

Con sus sueños

Esperanzas



El futuro para todos

Todos

Todos

Todos

Menos para ellos

Menos para ellos

Menos para ellos

Que lo querían

Para los demás



Tu mirada

Tu sonrisa

Tu alegría de vivir

Mariano

Seguirá

Anidando corazones

Que se fortalecen





Por eso

Te abrazo

Te duelo

Compañero

Compañerito

Tan chiquito

Y tan grande

Tan chiquito

Y tan grande

Tan



Miguel Angel de Boer

Comodoro Rivadavia, 25/10/2010





martes, 18 de octubre de 2011

Chat internacional 2(*)




- ¿Hola, que cuenta?

- Me agarro justo….Ya estaba saliendo del fais…

- Yo entro de vez en cuando….

- Usted me hace acordar a los que dicen….” lo vi a Tinelli…justo cuando estaba haciendo zapping…”

- No me diga que sigue ese programa, Soriano!..Ustedes los argentinos….

- No me hable de los argentinos…Ustedes lo tienen a Sarkozy ….y yo no le dije nada…….todavía…

- Esta bien…..Cuénteme que novedades tiene…que aquí me piden un informe para la versión onlain del diario y yo con todo lo que pasa no he tenido tiempo de ponerme al tanto

- Y no sé que es lo último que sabe…

- Y …..en lo político lo de las internas abiertas…que la oposición se iba a unificar para ganarle a la Presidente o Presidenta, como prefieren ustedes que le digan….Que Alfonsín (acá están confundidos si es el padre o el hijo, y lo digo fuera de joda) seguía firme con De Narváez….Que Carrió iba segura con toda la “verdad” como dice ella….medio a arrasar con todo… Que Altamira…je, je, discúlpeme que me ría, se postuló para presidente…je, je….

- Espere..espere…pare acá…….que usted tiene noticias mas viejas que la ballena que encontraron en la Antártida…..

- No me diga…….¿Que pasó en estos días?

- Por empezar Alfonsín y De Narváez se mandaron a la mierda….

- .¿Pero no era que se tenían confianza?...

- ..sigo…...y De Narváez ahora estuvo haciendo un acuerdo con Rodríguez Sáa….

- ¡!!!!!!!?????

- ..espere……que sigo…….usted ya sabe como son estas internas…….

- ..Yo sé como son, pero cada vez…. todo cambia mas en menos tiempo en la Argentina…eso me impresiona…..Imagínese..

- Bueno. Sigo. Carrió parece que se retira…

- ¿Otra vez? …me hace acordar a ese conjunto folclórico que tienen…..como era que se llamaba….

- ..Si…Los Chalchaleros….Pero si me va a tomar para la chacota…dejamos acá…

- No Osvaldo…no se ofenda…siga, por favor..

- A mi me parece que se debe estar cagando de risa…pero bueno…..sigo. Usted que se ríe de Altamira, le cuento que las últimas encuestas le están dando por encima de Carrió.

- Ahora el que me está cargando es usted…

- Para nada. Mire los diarios

- Pero Altamira….¿Es el Altamira de siempre?…¿Ese al que una vez lo sacaron colgado de los brazos de la Casa Rosada?

- El mismo

- No lo puedo creer…

- Usted no lo creerá, pero algunos hablan del milagro Altamira

- Me imagino

- Hasta puede ser que metan un diputado

- Un hecho casi revolucionario..

- No exagere…

- Está bien. Es que estoy impactado….Pero dígame…¿Pero que pasó con Carrió…No era que la apoyaba el campo, y un gran sector de la clase media…?

- Usted está atrasado, realmente. A ver si se mete un poco mas seguido en la ueb

- Es que aquí estamos con un lío tremendo. Que quiere… ¿Qué encima me meta a ver que pasa en la Argentina?

- Je, je…disculpe…

- Si, ríase nomás…Ustedes ya pasaron por esto…

- Llámenlo a Cavallo….

- No me joda Soriano…Sigamos con lo de ustedes. Le quería preguntar…¿Y Cobos y Duhalde,…que pasó con ellos? ¿Porque estaban, por lo menos Cobos, muy bien posicionado no? Era número puesto decían…

- Mire se la hago corta. Seguro que a lo que mas se dedica ahora, es a correr por Palermo o por el Cerro de la Gloria…

- Que…¿No me diga que también se retiró?...

- Lo retiraron…Le soltaron la mano, la soga, se quedó sin paracaídas, como usted mas prefiera

- Ustedes son increíbles, Soriano…

- A mi no me meta

- Hasta hace un tiempo era un héroe. Como Carrió que se la pasaba hablando por todos los canales de televisión

- Todavía sigue…

- ¿Pero no me dijo que se está yendo a descansar y que no la va a votar ni el loro..?

- Si, pero aquí le siguen dando espacio para que hable..

- Pero….¿Y que dice?

- Que vive entre algodones…que se va a vivir a una chacra…Que la castiguen a ella pero no a los de su lista…

- ……¿?.......

- Bueno, no me quiera hacer repetir …

- Esta bien…¿Y Duhalde?

- Está en campaña con Das Neves como candidato a vicepresidente …..

- ¿Quién???

- Das Neves...el Gobernador de Chubut, una provincia del sur, no sé si la ubica…

- Ah!...si…¿Pero no es el mismo que se postulaba a presidente y que si no lo elegían se retiraba de la política para siempre?

- El mismo

- :?????

- Que pasa?

- No…Pensaba en que cuanto hace que los políticos están anunciando con que se retiran y después siguen…

- Y si…la lista es larga….

- Además… me acordaba de Chubut…Allí estaba el gobernador radical…..¿Como era que se llamaba…?

- Lizurume

- No, otro…., uno que dijo que se iba a retirar para siempre, también

- Ah…Maestro..

- Ese….¿ Es cierto que ahora está de candidato a diputado?

- Si

- ………….

- ¿Que pasa?

- Nada..

- Se debe estar riendo otra vez…

- No, le juro que no…

- Me quedé pensando en Chubut….Con Das Neves no estaba el cómico ese del trío muy conocido…

- Del Sel, de los Midachi

- Ese mismo.

- Casi sale electo para gobernador en Santa Fe por el Pro...el partido de Macri

- ¿¿¿??!!!!

- …pero ahora está otra vez haciendo campaña para Duhalde…

- ¿¿¿?????!!!!!

- ¿Quiere que siga?

- …Déjeme respirar un poco Soriano….¿Chubut está cerca de Río Negro, no?

- Al lado

- Me parecía…¿Es cierto que allí ganó un tal Soria con apoyo del gobierno nacional?

- Si…

- …¿Pero es el mismo Soria que estaba con Duhalde y que…..

- ..si, el mismo..

- ..No me deja terminar…

- ..es que es el mismo, y ya sé lo que va a decir……..Se lo digo así para hacerla corta…

- Está bien…Y yo en su lugar me parece que también haría lo mismo..

- Que?

- Hacerla corta

- ……….

- Bueno. No se ofenda. Hablemos de otra cosa, mejor dicho, me quedé pensando en Tinelli…¿Qué está haciendo ahora?

- Sigue con los concursos de baile…

- ¿En serio?

- …inventando escándalos y usando nuevos recursos..

- ¿Como qué?

- Y …el otro día una de las bailarinas quedó totalmente en bolas..

- Desnuda, quiere decir?

- Si..

- ..Qué…¿Quedó con los pechos al desnudo…?

- Totalmente, dije

- No…¿Usted me quiere decir….que quedó..?....

- ..Si

- Pero…¿Ese no es un programa de entretenimientos…familiar…?

- Si

- Mire Soriano, yo no sé si me toma por boludo o que le pasa..

- ¿Por qué me dice eso?

- ¿Usted piensa que le voy a creer una estupidez como esa?

- Haga lo que quiera….Yo le cuento lo que pasó...

- Mire, váyase a la mierda….Que con lo de los políticos, me alcanza y sobra..

- Si quiere le cuento de lo que dijo Astiz, el genocida, en el alegato final en el juicio de la ESMA…Esta es una de las últimas novedades…

- Y…no sé ..capaz que me dice que dijo que era un defensor de la democracia y la Constitución..

- Ah, ¿como se enteró?..

- Váyase a cagar, Soriano. Me tiene podrido con sus inventos….

- En serio…Astiz dijo que….

- Salgo Soriano. …….el sistema se está poniendo lento…… seguro que el servidor está con problemas…….. seguimos otro día…

- Como quiera….Ah…¿se enteró que el si se retira de la política es Tabaré el expresidente de Uruguay, porque se le escapó que casi nos declaran la guerra por el conflicto de la papelera?

- ¿???...Vayase al carajo Soriano….al recarajo…

- Pero no se enoje...mire que no es un invento nada de lo que le dije…..

- Chau Soriano…mejor vaya a ver como juega San Lorenzo..

- Espere…Con el Ciclón no se meta …

- ………..





Miguel Angel de Boer

Octubre, 2011



(*) El Gordo, siempre presente.

jueves, 6 de octubre de 2011

domingo, 2 de octubre de 2011

Presentación de "Desarraigo y depresión (y otros textos) por Silvia Coicaud

Des-arraigo: sin arraigo. Miguel dice que el arraigo “consiste en un profundo sentido de pertenencia, sin menoscabo de la propia identidad. El sujeto debe poder discriminar lo malo, lo penoso, lo triste, lo injusto que lo impulsó a tomar la decisión de partir (que es morir un poco) para poder establecerse creativamente, sanamente, en su nuevo lugar de existencia”, apunta en su libro.

Esta apuesta por la creatividad como un modo de arraigarse a un nuevo entorno y lograr apropiárselo y pertenecerle nos lleva a pensar que no hay un único mundo real, preexistente a la actividad mental humana y al lenguaje simbólico humano. Y cada sistema de símbolos tiene sus propiedades referenciales, en las cosas que imaginamos, en las figuraciones, en las creaciones literarias, en nuestras metáforas, las cuales median entre un símbolo y lo que representa.
Lo que nosotros llamamos “mundo” es siempre el producto de alguna mente. El mundo de las apariencias, el mundo mismo en el que vivimos, es el que creamos con la mente. El mundo humano se hace desde la actividad cognitiva del artista (y aquí tenemos, por ejemplo, la prolífica obra narrativa de Miguel), desde las ciencias o de la vida ordinaria (como el mundo de la casa y la familia, donde reina el sentido común). El saber es una ilusión de certeza, pero es provisional, porque a un paradigma le sucede otro, por sus inconsistencias, por los olvidos, por las mejores explicaciones.
Todos estos mundos –ciencia, arte, política, juego, cotidianeidad….- han sido construidos, pero siempre a partir de otros mundos, creados por otros. Ningún mundo es más real que los demás, ninguno es ontológicamente privilegiado como el único mundo real. Los materiales con los que trabaja el ingeniero no son más reales que los procesos psicológicos que los produjeron. Borges, Mozart y Van Gogh no encontraron hechos los mundos que produjeron, ellos los crearon.
Nosotros, los hijos y nietos, y ellos, los padres y abuelos inmigrantes que llegaron a Comodoro Rivadavia, tampoco encontraron la ciudad hecha, forjada, y contenedora de todos los sueños. Como dice Miguel: tuvieron un trabajo de duelo, una lucha laboriosa en la que afloraron la idealización, la negación o la disociación para resolver los conflictos que se producían en sus almas por el mundo que habían dejado atrás, y por el nuevo mundo que les tocaba construir en estas tierras. Y apuesta Miguel: “ es posible que les competa a las generaciones actuales recuperar la historia de Comodoro, de lograr la integración tomando la experiencia como un todo … condición indispensable para posibilitar un mayor compromiso con lo que acontece día a día, superando el deseo fantástico o la ilusión de estar de paso, o lo que es peor, de que todo seguirá irremediablemente igual” .
Pero la realidad en la que vivimos nos muestra que las identidades clásicas: naciones, clases, etnias, ciudadanía, ya no nos contienen como antes en este planeta globalizado en el que existe inconformismo. La crisis de los paradigmas y de las certidumbres provocan insatisfacción. Pero la identidad es un proceso de construcción permanente. Como dice Miguel: “no se logra de una vez y para siempre, sino que se va estructurando continuamente en una ardua tarea de elaboración”. Nuestra ciudad tenía -según el censo del año 1944- ciudadanos provenientes de 42 países diferentes. Constitución de catalejo de identidades étnicas, nacionales y extranjeras que generó una interdependencia asimétrica y desigual. Esta diversidad es analizada por Miguel a través de varios relatos en su libro. En el capítulo “Desarraigo y depresión en Comodoro Rivadavia” explica que, a pesar de que las migraciones parecían voluntarias, en realidad fueron forzadas, y aquí aparece crudamente el problema del exilio. Miguel ilustra con anécdotas las dificultades que tuvieron los grupos oriundos de otros países para adaptarse a un clima inhóspito, a la distancia, al aislamiento y a otro idioma. En la estancia de los Visser, por ejemplo, él, el director, hablaba afrikaans, su mujer inglés y el maestro de la escuela español.
Desde estas historias que nos aporta el autor, descubrimos escenarios de tensión, de conflicto y de lucha por acomodarse a otra vida, pero también a la necesidad emocional de no perder lo propio. Es entonces que desde los intersticios podemos reflexionar sobre estas realidades de nuestra historia reciente, intersticios donde las narrativas se cruzan o se oponen, donde hay encuentros y desencuentros, grupos de elite que deciden las reglas de juego del vivir y del trabajar, sectores subalternos que obedecen, posturas colonialistas y fronteras fuertemente marcadas entre los poseedores del saber técnico para extraer la riqueza minera, y los desposeídos total o parcialmente del capital simbólico de los conocimientos que otorgan los años de escuela.
Miguel nos dice que las personas “van conformando su psiquismo en base a sucesivas identificaciones… nos vamos constituyendo en relación al modo en que son nuestros padres (o quienes cumplen las funciones de tales) …tanto en lo que representan como modelos en sus conductas externas, como lo que nos transmiten por sus características internas…. Y esto no sólo remitiéndonos sus vivencias individuales, sino también las pautas culturales (la cultura misma) de la que son producto y en las cuales se hallan insertos”. Este énfasis en la cultura como propiciadora de las identificaciones del psiquismo humano nos lleva a pensar en la obra de Jerome Bruner: “La educación, puerta de la cultura”. Aquí se nos plantea que en los años noventa coexistieron dos hipótesis fuertes acerca de los modos de funcionamiento de la mente humana. Una era que la mente podía concebirse como un mecanismo computacional, procesando información, almacenándola, organizándola, distribuyéndola y recuperándola de manera similar a como lo hacen las computadoras. La otra hipótesis se aleja de esta analogía con las máquinas, y explica que la mente se constituye por y se materializa desde el uso mismo de la cultura humana. La evolución de la mente no podría darse si no fuera por la cultura, porque está ligada al desarrollo de una forma de vida en la cual la realidad está representada por un simbolismo que es compartido por los integrantes de una comunidad.
Si bien los significados están en la mente, sus orígenes y sentidos radican en la cultura misma en que se crean. Y es este rasgo situado de los significados lo que asegura su negociabilidad y su comunicabilidad. Son la base del intercambio cultural. Por eso, el conocer y el comunicar son interdependientes, pues por mucho que el sujeto parezca actuar por su cuenta, nadie puede hacerlo sin la ayuda de los sistemas simbólicos de la cultura. Vivimos en una sociedad con escombros. Cuando propiciamos un nuevo orden simbólico, lo hacemos sobre otro pre-existente. Construimos sobre los escombros que ya están, y esto permite que no se derrumbe lo nuevo. Desde esta concepción, el aprendizaje y el pensamiento se sitúan siempre en un contexto cultural, y dependen de la utilización de recursos culturales diversos.
La función cultural colectiva más importante consiste en externalizar el pensamiento a través de obras. Obras que casi llegan a alcanzar una existencia propia, y que pueden manifestarse en la ciencia y en el arte, o en producciones más modestas pero que otorgan identidad a sus creadores. El “inventor de la Nostalgia de este siglo”, como lo llama Miguel a John Lennon, fue un ejemplo de esta apuesta por los sueños plasmada en música y poesía gestadas para ser compartidas. Dice Miguel que revolucionó el mundo de aquella época, “en un planeta que sangraba por los cuatro costados con guerras inmorales…. Lennon trampeaba –casi con ingenuidad- tanta locura. Un joven de origen humilde, huérfano e inculto –un chilote de Liverpool- se transformó en un creador irreverente que testimonió lo válido de la vida”.
Las obras del mundo de la cultura posibilitan, a través del trabajo mental, liberarnos de la ardua tarea de volver a pensar en nuestros propios pensamientos, rescatando la actividad cognitiva y emocional de su estado latente, para hacerla pública, negociable y accesible a otros. El proceso de pensamiento y sus productos se van amasando, pasan de ser ideas vagas y borradores a adquirir formas que estimulan las reflexiones colectivas. El cine, nos dice Miguel, ha sido desde sus comienzos “un sorprendente y formidable anticipador de la realidad”. Su magia consiste en que “nuestros conflictos y sentimientos más íntimos se `proyecten` en la pantalla, donde los tiempos y los espacios transcurren y se despliegan –como en los sueños- libremente”. Miguel comparte con nosotros un pedazo de su infancia y adolescencia, cuando en Comodoro teníamos varios cines en distintos barrios, y aún con mucho frío o tormentas de viento íbamos a disfrutar del encanto de las películas, que tironeaban de nuestra imaginación y nos metían en historias inolvidables.
Sin embargo, esta apuesta por las obras de la cultura, por la creación de mundos posibles del pensamiento en la literatura, en la música, en la pintura, en la ciencia sólo será posible si logramos educarnos. Y para ello tenemos que comprometernos en la construcción de culturas escolares que funcionen como comunidades mutuas de aprendices. Miguel en su libro cita un diálogo mantenido entre un chico y su padre, en el que le pide en forma urgente dinero para pagar la cooperadora de la escuela, porque si no la señorita los reta, y les dice que “…pobre el que no venga mañana con la plata de la cooperadora”. Porque el autoritarismo se puede manifestar en todos los ámbitos, y la educación no es inmune. La persona autoritaria vive al otro como una amenaza, confunde sitio con atribución y autoridad con mando. Clasifica en buenos y malos, vigila y controla, hace del sufrimiento una virtud elogiable, ritualiza las formas y desconoce las necesidades ajenas, porque en realidad, dice Miguel, le angustia pensar. No puede hacerlo creativamente. En nuestras instituciones educativas persisten situaciones de autoritarismo, en todos los niveles. A veces se manifiesta desde fenómenos bruscos y evidentes. Otras veces, desde dispositivos sutiles y solapados, pero con efectividad real. El prejuicio etiquetador de los que enseñan, expresado en la clasificación de “chicos inteligentes y chicos no inteligentes con problemas” implica un destino implacable para muchos jóvenes. Alguien dijo que educar es aquello que hacemos para impedir que el origen se convierta en una condena, pues la pedagogía consiste en hacer amable la violencia simbólica que siempre existe en las escuelas. Los docentes que apuestan por enseñar para acortar la distancia entre sus verdaderas aspiraciones educativas y las condiciones de la realidad se comprometen con propósitos emancipadores, pues confían en el principio de la igualdad de las inteligencias. Los contenidos nunca emancipan. Lo que emancipa es la propia relación educativa, cuando los que enseñan se asumen como sujetos de la palabra y sujetos sociales. Porque como dice Miguel, el poder está en todas partes, y “…todos buscamos, deseamos igualdad de oportunidades….en pos de un pleno desarrollo afectivo e intelectual…. Quienquiera que ocupe un lugar o un rol de responsabilidad respecto a los demás, que ejerza su poder –el que le cedimos- para beneficio de todos”.
Al final de su libro, Miguel nos narra el cuento “Somnolencia”, en el que a Comodoro le roban su minita, que le daba todo, pero se las banca. Esta narración representa la preocupación que el autor expresa en la Introducción de su obra, cuando dice que Comodoro, que el sur, que la Patagonia deben tomar conciencia de su propia existencia, renunciando a su inercia. Porque como dice Borges: “El Palacio no es infinito…. A nadie le está dado recorrer más que una parte infinitesimal del palacio. Alguno no conoce sino los sótanos. Podemos percibir unas caras, unas voces, unas palabras, pero lo que percibimos es ínfimo y precioso a la vez. La fecha que el acero graba en la lápida y que los libros parroquiales registran es posterior a nuestra muerte; ya estamos muertos cuando nada nos toca, ni una palabra, ni un anhelo, ni una memoria. Yo sé que no estoy muerto”.







martes, 9 de agosto de 2011

A mi mamá: Doña Anna Jacoba Venter


Y te fuiste , vieja, de a poco….para darnos tiempo.

¡Artista de la vida!

Cómo no decirte que te quiero si me diste a luz sin parirme con ese amor que no sabe de biología ni sangre.

Cómo no querer tanta ternura silenciosa.

Si hasta pude pelearte por saberte fuerte.

Como fue dura tu vida en esa Pampa Pelada que te vio nacer, en este Patagonia que no cede, allá por 1907.

“Gaucha gringa” fuiste.

Con tu “afrikaans” argentino sembrando verde.

Imposible que pudiera la sequía contra tanto empuje.

Vieja querida, “Ouma”, doña Anna, la tía, “tanta”, la abuela, vecina, amiga, hermana: tantos nombres que acariciaron almas.

Con tu silencio noble y respetuoso. Haciendo tu vida.

Siempre lo supiste: en lo simple está el secreto, es la esencia. Y lo lograste.

Te hiciste querer por lo que eras, por tus actos.

Jamás cerraste las puertas de tu corazón, de tu hogar, de tu casa. Siempre intentando aprender. Aceptando que las cosas son como son pero existe la esperanza.

Generosa fue tu existencia. Y una bendición, una suerte, un milagro, haberte conocido, haberte tenido.

Aunque te vayas, vieja, aunque te vayas, te quedás con nosotros para siempre.

Porque a la belleza de una mirada auténtica no la borra la muerte.

Te aseguro, eso sí, va a ser difícil no extrañarte.



Miguel Angel de Boer

Marzo 22, 1991
(fecha de su fallecimiento)






miércoles, 3 de agosto de 2011

La Flaquita





"Espérame en el cielo corazón
si es que te vas primero"


Hoy, 3 de Agosto, se cumple un nuevo aniversario de la muerte, en Buenos Aires, de María Haydée Rabuñal, la Flaquita (o Mary), que ocurrió el mismo día en que yo estaba rindiendo Infecciosas en el Hospital Rawson de Córdoba.
Si bien por la mañana había visto un titular en La Voz ("Caen abatidos en un enfrentamiento" o algo por estilo),el cual no me detuve a leer por el apuro, fue recién por la noche y de una manera fortuita que me enteré de lo acaecido, desgarrándome un pedazo del corazón para siempre.

Recuerdo que la vi por última vez en la estación de trenes de Puente
Saavedra.
Recuerdo que nos abrazamos con todo amor.
Recuerdo que sus últimas palabras fueron: "Cuidate Bichito. ¡Vos sí tenés que seguir vivo!"
Recuerdo que le dije: "¿Cómo de me decis eso Flaquita?...Vos también tenés que vivir...!"
Recuerdo que nos volvimos a abrazar y ella subió al tren saludándome a lo lejos.
Recuerdo que sentí que ya nunca mas la volvería a ver.
Tiempo después supe las circunstancias en que se habían producido los
hechos.

"Si tu mueres primero yo te prometo
que escribire la historia de nuestro amor"

Pero quisiera compartir ahora lo que fue su vida, o parte de ella, mas
que hablar de su muerte.
En homenaje a su existencia que valió, y mucho.

Nació en Córdoba donde transcurrió su infancia, para luego trasladarse, con su familia, a la hermosa ciudad de Paraná, de donde regresó a su ciudad natal para estudiar medicina luego de recibirse de maestra.
Nos conocimos siendo compañeros de la facultad y fuimos creciendo juntos a la par de los acontecimientos de aquella época: la dictadura de Onganía, la intervención a la Universidad, la represión al movimiento obrero, la muerte del Che, de Papillón, de Cabral, de Bello, de Hilda de Molina, el Cordobazo, la llegada del hombre a la luna, el Viborazo; la lucha obrero estudiantil, las tomas del barrio Clínicas, las asambleas, las idas a las fábricas, los actos relámpagos, los grupos de estudio; pero también
junto al hippismo, los Beatles, el rock nacional, Hortensia, los Panteras Negras, al Mayo Francés, la guerra en Vietnam, en el Congo, y el surgimiento de la lucha armada revolucionaria.
Militábamos como delegados independientes en medicina y trabajabamos en dispensarios barriales o compartiendo experiencias como la del cura Vaudagna (Erio) en barrio Los Plátanos. Allí fue donde se hizo un famoso pesebre que incluía, ademas de Jesús, al Che, a Camilo y a Ho Chi Minh y al Gringo Tosco, entre otros.

"Tanto tiempo disfrutamos de este amor,
nuestras almas se acercaron tanto asi"

También trabajamos varios años como practicantes en el Hospital de Niños (ella en Hemoterapia y yo en anestesiología) y en la Maternidad Provincial, lugares donde tambien militábamos en las comisiones y
agrupaciones de lucha.
Pero con la Flaqui además estudiábamos juntos (jamás la bocharon en una materia), poníamos inyecciones, tomábamos la presión arterial, conseguíamos muestras médicas (es decir, atendíamos pacientes) en todos los barrios que vivimos. Disfrutábamos intesamente del cine, de la música, de ir
al río, de andar en moto, de encontrarnos con amigos. Tocábamos la guitarra y cantábamos cada vez que podíamos. Ella tenía una hermosa voz de la que muchos aún se acordarán y aún perduran en mi pecho los acordes de "Nostalgia mia", entre tantos temas que hacíamos ("Me gusta caminar por esas calles/
cuando la lluvia cae sobre las casas/Entonces recordar tu tibia boca/ y el profundo marrón de tu mirada.....")
Eramos lo que se dice: compañeros. Con todo el significado, profundidad y dulzura que tenía entonces esa palabra.
Por eso también discutíamos, puteábamos (mucho mas yo que ella, es cierto), llorábamos o nos cagábamos de risa. Con la misma pasión con que hacíamos el amor donde nos venía en gana. Otra que el Kama Sutra! Nunca olvidaré que la primera vez que hicimos el amor fue después de haber visto
Morir en Madrid en el cine Sombras.
Rebozábamos de juventud y de pasión. De fé y de ilusiones.
La vida nos brotaba por los poros "como un torrente de trigo y luz".

"imborrables momentos que siempre
guarda el corazón"

La Flaqui, Mary, mi "Pichona", era increiblemente optimista, llena de
esperanza y convicción.
Con una voluntad y un compromiso admirables en todo lo que hacía.
Seductora. Muy seductora. De eso se acordarán muchos también. Y yo, para que contarles los dolores de cabeza que me produjo.
Es que era difícil no quererla. No enamorarse de ella.
Con sus ojos siempre relucientes, su sonrisa nacarada y su cuerpito que parecía frágil pero no lo era. Pero por sobre todo con esa disposición siempre presente para la mas espontánea solidaridad, sin ningún tipo de especulación o interés. Fuera lo que fuera y con quien lo necesitara. Y no es una metáfora. Es que la generosidad, la honestidad, el altruismo eran para todos nosotros valores fundamentales para nuestra condición de humanos y mucho mas: de revolucionarios. Pero en Mary era una actitud casi natural,
justo es decirlo.

Y pensándolo ahora, no sé como hacíamos con el tiempo. Y eso por no contar todo lo que hacíamos pues sería de nunca acabar.
Tal la intensidad con que vivíamos, siempre en ebullición, sintiendo que construíamos un mundo nuevo y que éramos protagonistas de cambios imprescindibles. Por eso mismo aún en los peores momentos nuestro aliento no decaía.

Era tan linda la vida, entonces. Tenía tanto sentido, que no importaba nada sino vivirla plenamente. La felicidad no era concebible en términos individuales, sino para y con los demás. Lo cual no excluía nuestra afirmación en nosotros mismos, pues creo que pocas veces en la historia los jóvenes tuvieron tal oportunidad de sentir que podían ser ellos mismos.
Y la Flaquita nunca cejó de reafirmar esa búsqueda.
Es mas, creo que la muerte la sorprendió en ese camino.

"Nosotros
que fuimos tan sinceros"

Porque aún estaba llena de amor y de vida (aún tengo presente el inmenso cariño que tenía por su familia, sus padres, sus queridos - para ella únicos- hermanos) de sueños y proyectos.
Porque tenía mucha vida por delante y lo sabía.
Porque creo que ella, como tantos, se arriesgaron a moir no por desprecio a la existencia, sino por la indignación y el dolor de vivir en en una sociedad de injusticia y privilegios, de explotación y desigualdades.
Porque le dolía la pobreza de los demás como si fuera de ella.
Porque sentía que mientras hubiera hambre y miseria era inmoral no hacer nada para modificarlo.
Porque amaba a nuestro pueblo. A nuestros semejantes

Confieso que aún siento la impotencia de no haberla convencido de desistir de una lucha que para mi ya era infructuosa, aunque lejos estaba de saber la siniestra pesadilla que se nos venía encima.
Pero creo, además, que no tuvo tiempo.
Pasa que para mí, que no la volvi a ver desde aquella despedida, sigue en mi recuerdo como en ese momento, como en aquellos años.
Es más, no logro concebirme a mi mismo en esos recuerdos sino como éramos entonces: jóvenes, y por que no decirlo: bellos.

Y asi seguirá la Flaquita. Eternamente joven. Hermosa
Y nosotros, los que tuvimos el privilegio de conocerla, también.

"¿porque no me enseñaste
como se vive sin ti?"



Miguel Angel de Boer

Comodoro Rivadavia, Agosto 3, 2007

domingo, 17 de julio de 2011

La Puta

Ignoro cuanto tiempo había transcurrido desde que me arrojaron, después de molerme a palos en el Pasaje Santa Catalina, a esa oscura y helada celda en una seccional cercana al río, adonde me habían llevado para mantenerme aislado hasta que disminuyeran o desaparecieran las huellas de la tortura.
Acostado en un cama de cemento, sin nada mas que lo puesto, cada tanto me despertaba a los gritos desesperado por el dolor y los calambres, afiebrado y temblando de frío por las noches y empapado de sudor durante el día. Resistía con llantos y gemidos hasta que volvía a caer en una profunda inconciencia, la que, por suerte, me deparaba un verdadero sosiego en el medio de tan insoportable pesadilla.
Recuerdo que fue una de las noches, pues apenas distinguía donde estaba, que escuché un chistido desde la puerta de rejas que daba al patio. Me incorporé haciendo un tremendo esfuerzo y el que estaba en la puerta (que después supe que era un preso común, que así denominábamos a los que no eran políticos) me alcanzó a decir “tomá varón” a la vez que me tiraba una frazada a las apuradas. Sin poder creerlo, me envolví en la misma y me dormí con lágrimas de felicidad sumiéndome en, creo, un nuevo desmayo.
Así pasaron horas o tal vez días. Aún hoy no lo puedo precisar.
Solo sé que casi no podía moverme y tampoco quería pensar. Aunque no lograba evitar que surgieran, entremezcladas, imágenes de la Flaqui y mi preocupación por lo que pudiera estarle ocurriendo (ignoraba que ya la habían trasladado al Buen Pastor), de mis compañeros y de mi familia. Y también las de Raúl “Sérpico” Buceta (que recién empezaba su carrera de destacado torturador y que, recuerdo, en un momento me desafió a pelear con él mano a mano, enfurecido porque yo no hablaba y endurecía el abdomen cuando me pegaba. “Miren como pone durito, decía. Se ve que está preparado. Sáquenle las esposas y que pelee, a ver si es tan macho como parece” agregaba medio descontrolado. Por supuesto me negué, cosa que le dio mas bronca la cual descargó con todo gusto con sus golpes de karate), y la del comisario Telleldín, uno de los fundadores del Comando Libertadores de América, la triple A cordobesa, tipo malo, frío y calculador, que también me pegó hasta cansarse. Y las de varios mas cuyos nombres he olvidado.
De todos modos de a poco me iba recomponiendo, por lo que los momentos de lucidez se acrecentaban, y con ellos el dolor en todo mi cuerpo.
En otro momento me tiraron un paquete con un solo cigarrillo y un fósforo en la funda que lo recubría, lo que para mí, en esas circunstancias, era algo inapreciable, un tesoro inconmensurable.
En verdad no recuerdo con claridad como fue transcurriendo todo.
Lo cierto es que un día uno de los guardias me llevó hasta al baño donde pude orinar, aunque con sangre, en un inodoro que merecía el nombre de tal, cosa que en esas circunstancias era una maravilla. Y porque mi celda ya daba asco.
Cuestión que los presos se iban turnando para alcanzarme distintas cosas como agua, algo de comer o puchos. Todo de una manera fugaz cuando tenían patio o alguno pasaba para ir al baño, corriendo el riesgo de que los atraparan. Y lo digo con todo énfasis, pues fui testigo de los castigos brutales a los que eran sometidos cuando los sorprendían en falta. Y no pocas veces por la arbitraria y perversa descarga de alguno de los hijos de puta que estaban de guardia. O sea: porque si.
Habría pasado una semana por lo menos cuando, luego de que revisara el médico policial, me pasaron a una celda común, donde por supuesto, tuve que compartir con otros presos un espacio muy reducido y superpoblado.
Lo que viví esos días merecería un libro, como cuando tuve una tremenda diarrea y ante la negativa de la guardia para poder ir al baño, pese a los gritos que dimos todos, no me quedó otro remedio que cagar en una bolsa de plástico, mientras mis compañeros estiraban la cara, a las carcajadas, a través de las rejas para no descomponerse. O como cuando llegó un preso nuevo diciendo que lo habían detenido por haber matado a uno que intentó asaltarlo, y después el que estuve en tremendo apuro fui yo tratando de impedir que lo mataran a él porque los demás se salían de la vaina de la bronca.
Pero hay algo que jamás olvidaré y son las putas con las que compartíamos el cautiverio. Y sobre todo una de ellas que siempre tendré presente.
En la seccional, las putas iban y venían todas las noches. Las tenían a veces horas, a veces días. Las soltaban, volvían a encarcelarlas y así continuamente, en una rutina totalmente naturalizada.
Una noche me llegó, mediante el pase de cosas que se hacía de celda a celda a través de las rejas con una frazada, un regalo – que no recuerdo que era – con una pequeña carta de amor. Aún tengo presente que tenía faltas ortográficas, pero también que fue una de las mas profundas declaraciones de amor que recibí en mi vida. Tal su profundidad, su ternura, su fluidez y sinceridad. Recuerdo que la releí una y otra vez impactado por esas palabras que, en el medio de la incertidumbre, acariciaban mi alma con una calidez que iluminaba mi ser de alegría.
Así, comenzamos a escribirnos, y las cartas iban de celda a celda, ida y vuelta, y no solo yo, sino mis compañeros esperábamos ansiosos la respuesta. Porque ocurre que empecé a compartirlas en voz alta, cosa que sé que también hacía ella con las que yo le enviaba.
Y a cada lectura, el amor nos invadía a todos. Ellos escuchaban con suma atención cada palabra, y cuando concluía nos quedábamos todos en silencio, arrobados de sensaciones y fantasías que nos alejaban de la horrible situación en la que nos encontrábamos. Más de una vez, luego de una lectura, alguno se ponía a cantar con alegría y el aire parecía tornarse más diáfano a pesar de que estábamos tan hacinados que apenas podíamos movernos.
Recuerdo que solo la vi una vez, una tarde que las sacaron al patio y alguien me la señaló para que la conociera. Ella también me vio y me saludó con la mano y una sonrisa plena de felicidad. Luego de tantos años no puedo recordar su rostro, pero se que era muy linda y que me miró con una infinita dulzura.
Cuando anunciaron que me trasladaban a la cárcel de Encausados (de donde, luego de la huelga de hambre que hicimos en todas las cárceles del país, me llevarían a la Penitenciaría de Barrio San Martín), no pudimos despedirnos personalmente. Solo sé que las otras putas trataron de consolarla de todas las maneras posibles porque no paraba de llorar.
Lo último que le escribí fue un poema. No sin lágrimas y emoción tanto propias como las de mi compañeros de celda
Con el tiempo me olvidé de su nombre.
Nunca supe quien era y, por supuesto, tampoco nunca más supe de ella.
Pero para mi será, por toda mi vida, mi querida, adorada, inolvidable, Puta.

Miguel Angel de Boer
Junio, 2011

sábado, 11 de junio de 2011

FOURTEEN GLEAMS (and one more) (*)(**)


When the jaws of the abominable horror
thrust in her evil stink
ripping the native land groaning it
silently
frightened
indifferent
the petals started to forget about their beauty
tenderness crumbled down sadden
and with her
the happiness
the words
the thoughts
the dreams

And we were going alone
with fierce nightmares
tireless
unspoken
terrifying
without stars
or dawns
weaken of painless pains
shivering our souls
pretending ourselves
forgetting ourselves
inbeing ourselves


Life seemed to eternally die
and the emaciated kisses
fell
with those looks
into pieces
It was then
That
fourteen gleams
(and one more)
fourteen hearts
(and one more)
began
with fragile
small
tough
half braves


steps
rounded
the prodigious
invincible
boom
of spirit
of dignities
of justices
of truths
and of love
OF THAT LOVE
that cradled us
that cradles us
that will cradle us
forever.

Miguel Angel de Boer

Comodoro Rivadavia, April 30th, 2002

(*) To Madres de Plaza de Mayo, 25 years of the beginning.
Poem awarded in the XIX Argenitinian Congress of Psychiatry, of
Asociación de Psiquiatras Argentinos in 2003.

(**) Traducción realizada por el ENGLISH CLASS LANGUAGE INSTITUTE de Sandra Edwards. Colaboraron: Mauricio Ibarra, Vanina Ibarra, Mario Marques, Valeria Lorenzo, Celeste Meschio, Araceli Aguila, Daniela Ortiz y Mercedes Barrientyos de la Mea. A todos GRACIAS!!




CATORCE DESTELLOS (*)

(y uno mas)

Cuando las fauces del abominable horror
hincó su fetidez maligna
rasgando a la patria gimiéndola
enmudecida
espantada
indiferente
los pétalos comenzaron a olvidar su belleza
la ternura se derrumbó entristecida
y con ella
la alegría
las palabras
los pensamientos
los sueños

Y nos fuimos quedando solos
con feroces pesadillas
incansables
indecibles
pavorosas
sin estrellas
ni amaneceres
embotados de dolores indolentes
castañeando nuestras almas
disimulándonos
desmemoriándonos
insiéndonos

La vida parecía morir eternamente
y los besos extenuados
se caían
junto a las miradas aquellas
a pedazos
Fue entonces
Que
catorce destellos
(y uno mas)
catorce corazones
(y uno mas)
iniciaron
con frágiles
pequeños
tenaces
miedovalientes
pasos
en ronda
el retumbo
prodigioso
invencible
de corajes
de dignidades
de justicias
de verdades
y de amor
DE ESE AMOR
que nos acunó
que nos acuna
que nos acunará
por siempre.

Miguel Angel de Boer

Comodoro Rivadavia, Abril 30, 2002

(*) A las Madres de Plaza de Mayo, a 25 años del comienzo.
Poema premiado en el XIX Congreso Argentino de Psiquiatría, organizado por la Asociación de Psiquiatras Argentinos en el 2003




sábado, 14 de mayo de 2011

Mi hanno lasciato il tuo maglione verde (Me dejaron tu pulover verde)*



Mi hanno lasciato il tuo maglione verde

quando te ne sei andata.



Quell'estate si è portata via

il cielo tiepido che con le sue notti

ci riparava dal mondo intero nel nostro letto



Quanta gioia conosceva il mio desiderio

nel tuo sorriso

nei palmi delle tue mani

nei tuoi soffici capelli che percorrevano con delicatezza

tutto il mio corpo.



Mi hanno lasciato il tuo maglione verde

quando te ne sei andata



Lasciandomi il tuo aroma

che migliaia di volte,nel sentirlo,mi faceva quasi svenire

evocando il tuo sguardo

rimpiangendo la tua nudità

la trasparenza delle tue labbra

e quelle parole che il tempo non potrà cancellare.



Perchè né l'odio

né la tirannia della morte

sono riusciti ad allontanare il mio amore

nemmeno le mie carni dolenti cedettero all'intento

che mi venisse rubato il tuo ricordo



Mi hanno lasciato il tuo maglione verde

quando te ne sei andata

Ma non sono riusciti a portarti via

perchè starai con me

per sempre.


Miguel Angel de Boer


A Maria Haydée Rabunal,studentessa in medicina di Cordoba,amata sposa e compagna.
 
(*) Traducción de Marcela Filippi - Roma, Mayo 2011 - Gracias querida Marcela!!
  Foto: Mary y Miguel, año 72´ o 73´ aproximadamente

ME DEJARON TU PULOVER VERDE

Me dejaron tu pulóver verde

cuando te fuiste



Llevándose el verano aquel

el del cielo tibio que con sus noches

nos guarecía del mundo entero en nuestro lecho



Cuánta dicha encontraba entonces mi anhelo

En tu sonrisa

En las palmas de tus manos

En tus suaves cabellos recorriendo con ternura

todo mi cuerpo



Me dejaron tu pulóver verde

cuando te fuiste



Dejándome tu aroma

que mil veces olí desfalleciente

evocando tu mirada

añorando tu desnudez

la tersura de tus labios

y esas palabras que no podrá borrar el tiempo



Porque no pudo el odio

ni la avasallante muerte

desterrar mi amor

ni mi carne dolida cedió al intento

de que me robaran tu recuerdo



Me dejaron tu pulóver verde

cuando te fuiste

Pero no pudieron llevarte

porque estarás conmigo

para siempre.


Miguel Angel de Boer

A María Haydée Rabuñal, estudiante de Medicina, cordobesa, querida esposa y compañera.



jueves, 12 de mayo de 2011

Descuido

Me ocurrió el viernes, unos minutos después de las 10 de la mañana, antes de prepararme para ir al hospital. Como todos los días, me levanté temprano, estuve leyendo los diarios on line, bajando material, estudiando un poco. Ya me había duchado y desayunado. Aún no me había vestido. Con la ropa de salir quiero decir. Estaba con: camiseta, pantalón de pijama, medias y las pantuflas que uso en invierno. Como la noche estuvo ventosa y por la mañana temprano también, decidí pasar el escobillón para sacar el polvo acumulado en la puerta de entrada a casa. O de salida. O sea la principal, la que da hacia la calle, pequeño jardín de por medio. Se trata de una puerta metálica, muy maciza, con una también muy maciza cerradura, de esas que de afuera solo se pueden abrir con la llave. Cuestión que empecé a pasar el escobillón y a sacar la tierra hacia fuera. Pero como aún había algo de viento, el mismo la volvía es esparcir hacia adentro. Decidí entonces no sólo sacarla sino también esparcirla un poco más hacia afuera. Es decir a la pequeña parcela de césped que tengo a modo de jardincito. Entusiasmado barrí con rapidez y fuerza, para arrojarla lo más lejos posible. Fue entonces que - aún ignoro si fui lo hice en un descuido o pasó por algún golpe de aire - se cerró la puerta. Estando yo afuera, claro. Sin llave, claro. Sin nada con que abrir la puerta, claro. Sin celular. Sin nada mas que el escobillón en la mano y medio en pelotas. Con unos 12 grados de temperatura, o menos, viendo a la gente y los vehículos pasando por enfrente tratando de invisibilizarme. En una millonésima de segundo creo me dí cuenta de todo. En otra millonésima de segundo sentí primero un pequeño vahído. Un amague de desvanecimiento. Simultáneamente un deseo angustioso de llorar desconsoladamente. El mismo que no solo sentía sino que daba rienda suelta con todos mis pulmones cuando era chico, en cualquier situación que me superaba, sabiendo que de inmediato acudirían en mi auxilio y protección. Pero como ya soy un tipo grande no lo hago más porque me da mucha vergüenza. Fue entonce que, tratando de evitar la hiperventilación que, lo sé, anuncia un ataque de pánico, me dije que lo mejor era tratar de ver como lo resolvía. Por empezar no tenía sentido romper un vidrio pues casi todos son grandes ventanales y me parecía una solución muy reactiva. Y posiblemente costosa. Veamos me dije. La única persona que tiene una copia, está trabajando a más o menos dos mil kilómetros de distancia. No tengo su número de teléfono y si lo tuviera tendría que conseguir de donde llamar. Lo mismo para ubicar a un cerrajero. Bueno. Bien. Muy inteligente el planteo. Ahora, me dije, desde cual teléfono vas a llamar, señor inteligentón. Bueno, hay varias opciones, continué mi reflexión. En lo del vecino. En el centro odontológico o en la AFIP que están a cada lado de casa. En cualquier negocio de los que están enfrente, cruzando la vereda. Veamos. Lo del vecino es una buena opción. No tengo que exponerme tanto. A lo sumo me verán los que pasan por casualidad. Dicho y hecho. Salí, tratando de caminar como si estuviera normalmente vestido y toqué el timbre. Nadie respondió. Volvía a tocar. Nada. No están, concluí sagazmente. Bueno. A ver. Si voy al centro odontológico casi seguro que tengo que bancarme que me vean no sólo los que atiende, sino los pacientes que están esperando. Descartado. En la AFIP, una repartición pública, que aparezca su vecino psiquiatra, escritor, etc, en pijama, pantuflas, camiseta, diciendo que quedó afuera por descuido, puede motivar esas carcajadas como sólo suelen emitir los empleados públicos. Es decir, voy a convertirme en un hazmerreír de por vida, pensé. Paso. Me queda cruzar la calle e ir alguno de los negocios de enfrente. Si. Otra no hay. Bueno, si. Desaparecer o morirme de un síncope. Pero no. Vamos todavía. Con la misma decisión con la que debe actuar alguien que se tira por primera vez en paracaídas luego de un curso veloz, me ajusté el piyama y me dirigí a un negocio de artículos de belleza que está casi enfrente, en donde alguna vez compré algún jabón o alguna otra cosa. Había tres jóvenes empleadas. Creo que si hubiera entrado Bin Laden, no se hubieran impactado tanto. Yo, con la mayor naturaleza que puede tener un ser viviente les comenté, así como al pasar, lo que me estaba sucediendo. Adelantándome a cualquier inferencia, hipótesis o conclusión sobre mi persona, les fui describiendo mi atuendo, explicando porque no me había alcanzado a vestir, mientras ellas miraban ora mis pantuflas, ora mi camiseta, tratando, supongo de discernir, de organizar en su mente, dentro de sus posibilidades, lo que estaban presenciando y escuchando. Cuestión que luego de enterarme que no sabían de ningún cerrajero, de que al intentar entrar en Internet se percataron de que estaban sin conexión, y de que tampoco tenían una guía telefónica, les solicité con total naturalidad - volviendo a superar mi inminente crisis de llanto infantil que quería asomar- que por favor fueran a buscar una guía en algunos de los negocios próximos. Mientras una de ellas lo hizo, las otras siguieron acomodando mercadería, mientra yo interiormente rogaba que no entrara ningún cliente, que en general suelen ser clientas. Ya con la guía en mano llamé al cerrajero y luego de agradecer, también con absoluta naturalidad, a las amables y perplejas damas, crucé nuevamente a casa a la espera de mi salvador. También lo llame a Gaby, el secretario del hospital, avisándole que no iba a poder ir al servicio contándole lo que me estaba pasando. Casi me destroza el oído con la carcajada que largó y supongo que, a esta altura, todo el hospital debe estar enterado de lo que me pasó. Pacientes incluidos. Sigo. Como mencioné estaba muy frío, pero por suerte en ese momento asomó el sol durante unos minutos, lo que me evitó congelarme mientras aguardaba. Obviamente los minutos me parecían horas, por no decir meses. Acompañado de fantasías y dudas como “vaya a saber si viene”, “habrá anotado bien la dirección” y cosas por el estilo, referidas al cerrajero. Pero cuestión que llegó. Mi primera intención fue saltar y abrazarlo llorando de alegría. Ya, en ese momento, estar medio en pelotas no me significaba ningún tipo de incomodidad. Cosa que no fue lo mismo para el cerrajero. De lo que me dí cuenta cuando por la forma en que me miró. Pero no sé que cara habré puesto porque me saludó y comenzó hablar como si yo estuviera vestido de traje y corbata. Tal su indiferencia a mi precaria, por no decir ridícula, caricaturesca, presentación. Ahí nomás se puso a trabajar y yo pensé: salvado. Error. Transcurrían los minutos, para mí horas, y no lograba abrir la puerta. Yo lo veía metiendo alambres, destornilladores y distintos implementos, de esos que parecen tan simples pero que solo saben usar los que saben, sin resultado. Luego de no sé cuanto tiempo, vi que tomaba un martillo dispuesto a desvencijar la cerradura, y en un rapto de lucidez desesperada le sugerí, a tiempo, que antes probara con la puerta del garage. Con un brillo de alegría en la mirada al ver que era otro tipo de cerradura, más simple, supongo, fue y la abrió en un santiamén. La alegría nos desbordó a ambos y estuvimos a punto de abrazarnos, pero por suerte no lo hicimos. Porque cuando abrí la puerta, que se abre para afuera, quedaba apenas una hendija, porque mi coche estacionado en la entrada, impedía que pudiera abrirse más. Es decir, como para que pudiera pasar yo o el cerrajero. El espacio era ideal para un niño no muy obeso o para un enano no muy grande. Pero no para ninguno de nosotros. De modo que teníamos una puerta abierta inútilmente y la otra cerrada. Es en esas situaciones que uno siente que los años no pasan en vano. Que si se ha sobrevivido a peripecias tales como una dictadura, o tantos sinsabores, como uno se va a poner a llorar porque no puede entrar a su propia casa quedando afuera medio en bolas, cagado de frío y acompañado de un cerrajero que no puede abrir una cerradura. Y seguramente a él le pasó algo parecido. No sé si porque se dio cuenta de mi desesperación o mas bien a mi incipiente pero notable abatimiento. O tal vez porque escuchó el gruñido lastimero de mi perro, Boogie, que lógicamente quedó atrapado adentro sin entender nada. Que iba de puerta en puerta seguramente creyendo que todo era un juego, hasta que se dio cuenta que el tiempo pasaba y comenzó a inquietarse. El asunto es que no sé porqué motivo el cerrajero arremetió contra la cerradura nuevamente y en apenas unos pocos minutos pudo abrir la puerta. Le agradecí como se puede a agradecer a alguien que nos salva la vida luego de días de estar flotando en una balsa a la deriva. Le pagué con yapa y volví, feliz, a la tranquilidad de mi hogar. Ya era como la una de la tarde.Todavía tenía que ir trabajar a mi consultorio. Me sentía tremendamente dichoso, tremendamente agotado, tremendamente pelotudo y la verdad: todavía me parece mentira lo que pasó. Además de increíblemente gracioso. Por eso me decidí a escribirlo. Y a compartirlo

Je.

Miguel Angel de Boer

Comodoro Rivadavia, Mayo 8, 2011



jueves, 28 de abril de 2011

CATORCE DESTELLOS (y uno mas) (*) (**)



Cuando las fauces del abominable horror

hincó su fetidez maligna

rasgando a la patria gimiéndola

enmudecida

espantada

indiferente

los pétalos comenzaron a olvidar su belleza

la ternura se derrumbó entristecida

y con ella

la alegría

las palabras

los pensamientos

los sueños

Y nos fuimos quedando solos

con feroces pesadillas

incansables

indecibles

pavorosas

sin estrellas

ni amaneceres

embotados de dolores indolentes

castañeando nuestras almas

disimulándonos

desmemoriándonos

insiéndonos

La vida parecía morir eternamente

y los besos extenuados

se caían

junto a las miradas aquellas

a pedazos

Fue entonces

Que

catorce destellos

(y uno mas)

catorce corazones

(y uno mas)

iniciaron

con frágiles

pequeños

tenaces

miedovalientes

pasos

en ronda

el retumbo

prodigioso

invencible

de corajes

de dignidades

de justicias

de verdades

y de amor

DE ESE AMOR

que nos acunó

que nos acuna

que nos acunará

por siempre.



Comodoro Rivadavia, Abril 30, 2002



(*) A las Madres de Plaza de Mayo, a 25 años del comienzo.
(**) 28 de Abril 2011:  se cumplen 34 años de la primera ronda


Poema premiado en el XIX Congreso Argentino de Psiquiatría, organizado por la Asociación de Psiquiatras Argentinos en el 2003 y publicado en “Poemas y Canciones” Ed. Ultimo Reino - 2003 - Ciudad de Buenos Aires - Argentina







viernes, 22 de abril de 2011

LA ULTIMA TENTACION DE CRISTO (•)


"Cristo te amo

no porque bajaste de una estrella

sino porque me enseñaste

que el hombre es un Dios

Y aquél que está a tu izquierda en el Gólgota

el mal ladrón

también es un Dios"

(Poema atribuido a Ernesto "Che" Guevara. Escrito en Ñancahuazú, Bolivia)





Quien haya tenido oportunidad de ver el hasta ahora "auto-censurado"(?) film de Martin Scorsese, convendrá en que es una bella y conmovedora película.

Más allá del rigor histórico (¿acaso tal cosa será posible con la figura de Cristo?) y tal cual lo ha aclarado su director y también el autor de la novela Nikos Kazanzakis, el relato despliega, en contenido e imágenes, una tierna mezcla de devoción y respeto.

Porque lo que nos muestra Scorsese no es sino - nada menos - que la lucha entre los aspectos humanos y divinos de Cristo, que si bien - en una lectura hecha, si se me permite el término, de mala fe - puede afectar los sentimientos de almas intolerantes, el modo en que está planteado el desarrollo del conflicto, hace de este Cristo (tantas veces llevado a la pantalla) un ser creíble, en tanto lo acerca, piadosamente, a la realidad de la vida humana.

Desde el comienzo al final Jesús se debate - atravesado por el dolor inefable de los elegidos - entre los deseos y apetencias de su naturaleza como hombre y el llamado divino a cumplir con su misión.

Pero ¿No es esta la lucha en que está sumido la especie humana toda, entre el amor y el odio, el egoísmo y la solidaridad, la destrucción y la creatividad?

Porque no es sencillo para este Cristo, como tampoco lo es para el pobre Judas ( “Dios me dio el trabajo más fácil", le dice Jesús cuando lo conmina a traicionarlo) cumplir con el mandato que se le instaura. Debe descubrir y aceptar, en la infinita soledad y desamparo que esto implica, que es el Mesías.

No se trata del simple cumplimiento de una imposición garantizada en su desenlace. No basta el que sea reconocido por Dios, sino que debe poder reconocer ese reconocimiento. Esto significa - y en esto radica la fuerza del relato - que su decisión es el producto de un arduo esfuerzo que debe realizar por sí mismo ("no te pedí ser elegido", dice), para así lograr la renuncia a sus aspectos carnales, terrenales, en pos de la expiación ineludible, no para divinizarse él mismo, sino para divinizar al ser humano todo. ("Para juntar a Dios con el hombre" explica, y se explica)

Más no en un sacrificio vano, como una víctima inocente e ingenua, sino como ofrenda libremente elegida, con conciencia y responsabilidad plena del acto asumido.

Y en esto Scorsese logra transmitir lo que es - entiendo - el misterioso, por lo inescrutable, testimonio encarnado en la historia: lo divino cobra su real dimensión (se realiza) en tanto se enraíza en la maravillosa existencia humana, del mismo modo que lo humano - la carne, el cuerpo - adquiere su verdadera significación en la medida en que accede a una proyección espiritual, simbólica.

El cuerpo y el alma así, no se contraponen sino que se integran, en tanto aspectos de una dimensión que hace del ser humano, una regocijante empresa que busca ser reafirmada en su trascendencia.

Así como Adán, según la historia bíblica, hubo de renunciar, a partir de una Tentación - también - al paraíso (espiritualidad pura ) para fundar la cultura humana , Cristo debe renunciar a su historicidad terrenal ("Padre del cielo y de la tierra - dice dirigiéndose a Dios, momentos previos a su muerte - el mundo que creaste y podemos ver es hermoso, y el mundo que no vemos también, perdóname por no saber cual es más hermoso") para acceder El - y por El todas las criaturas vivientes - al reino de la salvación. Su "Ultima Tentación" es la más difícil de soportar, pues debe abdicar, sacrificar, en la cruz, su condición humana.

Próximos a la Navidad, en estos tiempos donde el individualismo, la codicia, la ausencia de una moral y una ética solidaria, la "divinización" de lo material, son la "terrenalización" que se nos impone ( y nos "tienta"), la historia que nos muestra Scorsese es el testimonio de un hombre-divino, Cristo, que nos muestra que sólo en tanto reconozcamos la inmensa potencialidad espiritual que tenemos, a pesar de nuestra pequeñez y nuestras limitaciones, que sólo en la medida en que ejerzamos la misericordia hacia nuestros semejantes, seremos también misericordes con nosotros mismos.

Y que en nuestro amor, en nuestra sed por la libertad y la justicia, se acrecienta - en la misma medida - nuestro espíritu, haciéndonos, a la vez, más humanos y más divinos.



Dr. Miguel Angel de Boer



(•) Texto leído con motivo de la presentación del film del mismo nombre en el Ciclo de Cine organizado por la SADE, Comodoro Rivadavia. Publicado en Diciembre de 1996.